El 8 de mayo de 2025, tras solo tres votaciones en poco más de 24 horas, la Capilla Sixtina emitió la esperada fumata blanca.
El cardenal estadounidense Robert Francis Prevost Martínez fue elegido como el nuevo Papa, adoptando el nombre de León XIV, marcando así un momento histórico, siendo la primera vez que un estadounidense asume el papado, reflejando un equilibrio entre continuidad y renovación en la Iglesia Católica.
En esta ocasión, participaron 133 cardenales menores de 80 años, quienes se reunieron en la Capilla Sixtina bajo estrictas medidas de confidencialidad. El proceso comenzó con la misa ‘Pro eligendo Pontifice’ y continuó con hasta cuatro votaciones diarias, requiriendo una mayoría de dos tercios (al menos 89 votos) para la elección. Una vez alcanzado el consenso, se emitió la fumata blanca, anunciándole al mundo la elección del nuevo pontífice.
Antes del cónclave, varios cardenales eran considerados ‘papables’. Entre ellos destacaron Pietro Parolin (Italia), secretario de Estado del Vaticano; Matteo Zuppi (Italia), conocido por su enfoque pastoral; y Robert Francis Prevost (EE.UU.), quien finalmente fue elegido.
La elección de Prevost, con experiencia en América Latina y una postura conciliadora, reflejó el deseo de los cardenales de encontrar un líder que pudiera unir a las diversas corrientes dentro de la Iglesia.
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La elección de León XIV marca -sin duda- el inicio de una nueva etapa en la Iglesia Católica. Su liderazgo será observado de cerca, tanto por los fieles como por líderes mundiales, mientras enfrenta desafíos internos y externos.