Robert Francis Prevost, ahora León XIV, es el primer Papa estadounidense. Nacido el 14 de septiembre de 1955 en Chicago, Illinois, y creció en una familia de raíces españolas, francesas e italianas. Prevost fue ordenado sacerdote en la Orden de San Agustín y pronto se destacó por su perfil académico: obtuvo una licenciatura en Matemáticas en Villanova, una maestría en Divinidad en la Catholic Theological Union y un doctorado en Derecho Canónico en la Pontificia Universidad de Santo Tomás de Aquino en Roma.
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En 1985, fue enviado como misionero a Perú, donde dedicó más de 20 años a comunidades vulnerables en Piura, Chulucanas y Chiclayo. Fue formador de seminaristas, párroco y, más tarde, obispo de Chiclayo. En 2015, adquirió la nacionalidad peruana, consolidando un vínculo profundo con América Latina.
Cortesía de The Vatican News
Su ascenso en la Iglesia fue notable: fue elegido Prior General de los Agustinos en 2001, y en 2023 fue nombrado prefecto del Dicasterio para los Obispos, uno de los cargos más influyentes en el Vaticano. También presidió la Pontificia Comisión para América Latina.
En lo teológico, es visto como un continuador del legado de Francisco. En su primer discurso como Papa, León XIV dijo: “La humanidad necesita su luz. No podemos temer al diálogo, ni al puente que une las diferencias”. Se ha manifestado comprometido con la inclusión de migrantes y desfavorecidos. Aunque mantiene posturas conservadoras en temas como la ordenación de mujeres y el matrimonio homosexual, ha promovido el respeto por la diversidad y el cuidado de la creación.
Nació en el Mercy Hospital de Chicago y creció en Dolton, suburbio de raíces trabajadoras. Su padre, Louis Marius Prevost, educador, y su madre, Mildred Martínez, bibliotecaria, cultivaron un ambiente profundamente católico. Desde niño fue monaguillo y en 1973 ingresó al seminario menor de la Orden de San Agustín. Estudió en Villanova y luego en Roma, donde obtuvo su doctorado.
Cortesía de The Vatican News
En Estados Unidos mantuvo una postura crítica sobre temas sociales. En particular, rechazó las políticas migratorias de la administración Trump y defendió abiertamente el derecho al refugio y la inclusión. Aunque votó en primarias demócratas y republicanas, nunca se afilió a un partido político, guiándose más por principios cristianos que por ideologías.
Su paso por Perú marcó profundamente su vocación. Denunció abusos del régimen de Fujimori y la violencia de Sendero Luminoso. Como obispo de Chiclayo, impulsó iniciativas sociales, apoyó a víctimas de desastres naturales y durante la pandemia lideró una campaña para dotar de plantas de oxígeno a hospitales.
León XIV no es solo el primer Papa estadounidense. Es también un símbolo de dos mundos: la raíz norteamericana y el corazón latino. Un líder espiritual que ha vivido entre culturas y que ahora guía a la Iglesia desde una mirada global.