BUENOS AIRES (AP) — El ex dictador Jorge Rafael Videla negó el martes la existencia de un plan sistemático de robo de bebés nacidos de mujeres cautivas durante la dictadura militar y calificó a las parturientas como combatientes que usaron a sus hijos embrionarios de «escudos humanos» en la lucha armada.
Videla, de 86 años, hizo estas afirmaciones en su último descargo antes de que el Tribunal Oral Federal 6 de esta capital dicte sentencia en el juicio por el robo de 34 bebés durante el régimen de facto (1976-1983).
«Si la sustracción de un menor tuvo lugar, ello no respondió a una orden ni a una convalidación implícita de cualquier índole, encuadrado en un plan sistemático y emanado de los mandos superiores de las Fuerzas Armadas durante los años de la guerra antiterrorista», dijo Videla.
Organismos de derechos humanos denunciaron la desaparición de 30.000 personas durante el régimen de facto –los registros oficiales sólo dan cuenta de 13.000 casos–, entre ellas muchas embarazadas que dieron a luz en cautiverio. En general los bebés eran entregados a militares, quienes los inscribían ilegalmente con sus apellidos.
Según Abuelas de Plaza de Mayo, unos 500 niños nacieron en cautiverio o fueron secuestrados con sus padres, de los cuales la organización humanitaria ha restituido la identidad a 106.
El robo de bebés de madres prisioneras es considerado un delito de lesa humanidad que no tiene antecedentes en otras dictaduras del mundo.
La Fiscalía, que pidió una pena de 50 años de prisión para Videla, argumentó que los militares montaron maternidades clandestinas en los centros de detención, donde las madres eran recluidas hasta el término de su embarazo y obligadas a dar a luz.
Según la acusación, los niños eran apropiados por fuerzas de la represión o familias allegadas, y sus madres asesinadas.
«Todas las parturientas aludidas por la querella y la fiscalía eran militantes activas de la maquinaria del terror y muchas de ellas usaron a sus hijos embrionarios como escudos humanos al momento de operar como combatientes», aseveró Videla.
En su descargo, el ex dictador se preguntó si «de haber existido un plan sistemático para la sustracción de menores, supuestamente ordenado por la autoridad máxima del Estado, ¿por qué sus consecuencias se pusieron de manifiesto solamente en la Capital Federal y parte del Gran Buenos Aires?. ¿O será que en realidad no hubo un plan sistemático y sí existieron en cambio acciones autónomas y asistemáticas?».
«La respuesta a este interrogante corre por cuenta de este tribunal», sostuvo.
Para Videla el juicio por plan sistemático de robo de bebés «es una farsa» para satisfacer «una decisión de política de quienes nos gobiernan» y los anhelos de «revancha» de aquellos «militarmente derrotados» durante los años 70.
Tras considerarse un «preso político», Videla manifestó que «asumiré bajo protesta la injusta condena que se me pueda imponer como contribución al logro de la concordia nacional».
Además de Videla, también se juzga al ex dictador Reynaldo Bignone y una decena de ex marinos y ex militares y también un médico que asistía a las parturientas.
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