“La figura de Havel es tan impresionante, que es uno de los grandes líderes que hemos tenido en el siglo XX. No sólo por lo que hizo, lo que construyó, lo que fue, sino que cuando uno analiza las ideas, algo menos conocido todavía, porque se sabe lo que hizo, pero nunca las ideas fuerza que él tenía”.
Tenía dos o tres cosas que me parecen tan impresionantes, que me hacen añorar un líder así en América Latina. La primera, él tenía una concepción muy clara de la democracia, que no era solamente lo formal, sino era compartir valores, compartir cosas que hacía que una comunidad se sintiera como tal. Él decía puede haber democracia pero no tenemos demócratas, que es lo que hacía falta. El otro concepto que creo que es tan importante es este momento, es que a las democracias del mundo no le es indiferente los países en los que no hay democracia, y él reclamaba una acción muy positiva y realmente acción por parte de las democracias. Si tuviéramos un líder en América Latina que reclamara y exigiera alas democracias consolidadas, qué hacer con aquellos gobiernos que ya han perdido la democracia o la legitimidad democrática como Venezuela, Ecuador, etc., cuán bueno sería. Y el otro tema que también me parece importante para estar pensando en la necesidad del surgimiento de un líder así en América Latina es que él decía que nunca el apaciguamiento al agresor daba resultados. Que había que tener una falta total de tolerancia contra aquellos que atentan contra la democracia, contra la libertad y daba ejemplo muy claros de que nunca a un dictador el apaciguamiento lo había tranquilizado”.
