El investigador y doctor en Nutrición Humana, Guillermo Navarrete, expuso en una entrevista lo que considera «verdades incómodas» sobre las toxinas en alimentos y la conexión entre ciertas prácticas de vacunación y el autismo en Estados Unidos.
Navarrete afirmó que observa «una relación directa entre las toxinas y el incremento dramático de los casos de autismo», apuntando específicamente al uso de aditivos como «el hidróxido de aluminio en las vacunas aplicadas a recién nacidos».
En este sentido, cuestionó directamente la vacunación temprana contra la hepatitis B, preguntando: «¿Qué justificación médica existe para inyectar una vacuna contra la hepatitis B el primer día de vida si la madre no es portadora?».
Denunció además que «el silencio es rentable» en torno a este tema y aseguró que «(…) quienes tratamos a niños y hablamos con las madres todos los días, sabemos la verdad: no podemos ignorar miles de testimonios que relatan exactamente el mismo patrón después de ciertas vacunas».
Finalmente, Navarrete aclaró su postura sobre la dieta, puntualizando: «No creo que la alimentación cause el autismo. Pero sí puede mover a un niño dentro del espectro hacia un cuadro más severo… o mejorar espectacularmente su calidad de vida».