EL CAIRO, Egipto (AP) — Israel y el grupo extremista Hamas aceptaron el miércoles un acuerdo de alto el fuego por el que se comprometieron a poner fin a su peor ronda de enfrentamientos en casi cuatro años. Dijeron que detendrán sus ataques mutuos e Israel prometió relajar su bloqueo contra la Franja de Gaza.
El acuerdo fue forjado por el nuevo gobierno islamista de Egipto, lo que solidifica su papel como líder en el cambiante Oriente Medio.
El canciller egipcio, Mohamed Kamel Amr, anunció la tregua, que entró en vigencia a las 21:00 horas locales (1900 GMT), con lo que se coronaron días de esfuerzos diplomáticos intensos en los que participaron gobiernos de varias naciones. La secretaria de Estado norteamericana, Hillary Rodham Clinton, estaba de pie junto a Amr mientras él hacía el anuncio en una conferencia de prensa en El Cairo.
Egipto tendrá un papel preponderante en mantener la paz.
El acuerdo «mejorará las condiciones de los habitantes de Gaza y dará seguridad al pueblo de Israel», dijo Clinton.
En Israel, la oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu dijo que aceptó el acuerdo tras efectuar consultas con el presidente Barack Obama.
Israel lanzó una ofensiva militar feroz contra la Franja de Gaza el 14 de noviembre luego de una intensificación en los ataques con cohetes disparados por milicianos palestinos desde hace meses. Incluso después de que se anunció el acuerdo, se activó una sirena de ataque aéreo en el sur de Israel, por la inminencia de un ataque con cohetes, mientras que en la Franja de Gaza se escuchó otro ataque aéreo israelí.
Antes de la entrada en vigor de la tregua, extremistas palestinos dispararon cinco cohetes contra la ciudad israelí de Beersheba. Uno de los misiles cayó en una casa de la ciudad, pero no se reportaron heridos, dijo la Policía.
Desde que comenzaron los combates la semana pasada, Israel lanzó más de 1.500 ataques aéreos y otras represalias contra objetivos en la Franja de Gaza, mientras que más de 1.000 cohetes palestinos cayeron en Israel. En total, las hostilidades provocaron la muerte de más de 140 palestinos —entre ellos decenas de civiles— y cinco israelíes.
De acuerdo con una copia del acuerdo, obtenida por The Associated Press, Israel y todos los grupos extremistas palestinos acordaron un cese de «todas las hostilidades». Eso significa que Israel suspenderá los asesinatos de altos funcionarios de Hamas y los bombardeos, en tanto que los palestinos cesarán los ataques con cohetes desde la Franja de Gaza y las incursiones transfronterizas.
Israel prometió que, luego de un breve periodo de enfriamiento de 24 horas, «abriría los cruces y facilitaría el movimiento de personas y el traslado de bienes, y se abstendría de restringir el libre movimiento de los habitantes». Israel ha mantenido el bloqueo desde que Hamas tomó el poder en Gaza en 2007, aunque ha levantado gradualmente muchas de las restricciones.
Funcionarios de Hamas dijeron que un nuevo arreglo fronterizo tendría que ser negociado.
El anuncio se hizo horas después de que una bomba estalló a bordo de un autobús cerca del cuartel general militar de Israel en Tel Aviv, hiriendo a 27 personas. Se temía que el ataque complicara las gestiones diplomáticas para lograr una tregua entre Israel y los combatientes palestinos de la Franja de Gaza, gobernada por Hamas.
La bomba, que calcinó el autobús y destruyó todas sus ventanillas, fue el primer ataque explosivo en Tel Aviv desde 2006.
Al parecer, el ataque buscaba sembrar el temor entre los israelíes sobre una posible vuelta de la violencia palestina como la que se vivió en la última década y que mató a más de 1.000 israelíes en atentados dinamiteros y tiroteos, y que causó además la muerte de más de 5.000 palestinos. Hamas ha realizado decenas de ataques suicidas que han matado a cientos de israelíes.
El ataque contra el autobús de Tel Aviv ocurrió al mediodía en una de las carreteras más concurridas de la ciudad costera, cerca del Museo de Tel Aviv, el juzgado y frente a la sede de la defensa nacional de Israel. Aunque Hamas no se responsabilizó del ataque, lo ensalzó.
«Lo consideramos una respuesta natural a los crímenes de la ocupación y las matanzas de civiles en curso en la Franja de Gaza», dijo el vocero de Hamas Fawzi Barhoum a The Associated Press.
Bassem Ezbidi, un analista político de Cisjordania, opinó que era poco probable que Hamas haya organizado el ataque, pues se arriesgaría a perder el apoyo internacional que ha recibido en los últimos días.
«Si Hamas quiere atacar a civiles, lo haría disparando cohetes, no atacando autobuses porque esos ataques dejaron un mal recuerdo en la mente de la gente. Hamas no necesita esto ahora», agregó.
Un pequeño grupo miliciano, el Frente Popular para la Liberación de Palestina-Comando General, se atribuyó la responsabilidad de la bomba contra el autobús, pero no ofreció ninguna prueba que la respalde. El grupo, con sede en Damasco, tiene pocos seguidores en Cisjordania y sucede a menudo que grupos palestinos se adjudiquen ataques que no organizaron.
El atentado en Tel Aviv ocurrió tras una noche de más de 30 bombardeos israelíes sobre la Franja de Gaza, que alcanzaron edificios gubernamentales, ministerios, túneles de contrabando, la villa vacía de un banquero y una oficina de prensa ligada a Hamas.
Unos 10.000 palestinos buscaron refugio en 12 escuelas administradas por Naciones Unidas, después que aeronaves de Israel lanzaron panfletos en los que instaron a los residentes a abandonar sus hogares en algunas zonas de Gaza para evitar los ataques aéreos, dijo Adnan Abu Hassna, portavoz de la Agencia de Socorro de Naciones Unidas.
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