“Lo que vimos el jueves por la noche fue algo que impactó a muchas personas en Venezuela porque recordemos que el único vocero de la enfermedad del presidente Chávez es el mismo presidente Chávez, y es quien se ha encargado de indicar cuando ha estado enfermo de gravedad, cuando lo han operado, es él el único vocero autorizado para hablar de su propia enfermedad y el Jueves Santo, sirve de marco para una confesión donde en otro fragmento de esa misma Misa él dice que el destino lo sorprendió de golpe con una jugada que no esperaba, que era fatal”.
“De alguna manera sus lágrimas, porque no es que prácticamente lloró, él lloró. Sus lágrimas sirven de marco para lo confesión de un estado de gravedad en cuanto a su salud inmediata, que obligaría a que el presidente de la república cesara en sus funciones en virtud de una ausencia temporal para atender su enfermedad”.
“Sin embargo no lo hace porque no existe la confianza en su entorno porque él considera que aun convaleciente puede llevar el control de un país, pero Hugo Chávez tiene una dualidad en este momento, es presidente de la república y es candidato presidencial y el contraste es que del otro lado hay un candidato joven, hay un candidato que practica deportes todos los días con la gente de las comunidades. Es un candidato que va tocando puertas y eso está causando daño en la imagen de este candidato que precisamente se caracterizaba por ser un candidato que tocaba al pueblo”.
“Es mucha fe para un comunista. Pero es que si tú tomas la grabación del día siguiente encontrarías una bipolaridad manifiesta, del hombre que imploró llorando a Cristo que no se lo lleve el jueves, salta al hombre que maldice repetidamente a la comisión que existía para discutir la ley del trabajo que era llamada la comisión tripartita, el presidente Chávez la llama reiteradamente trimaldita, maldiciendo la misma boca que un día antes imploraba a Dios que no se lo llevara”.
