“En primera instancia ya se han preparado los cargos para juzgarlo bajo el Código Militar de Estados Unidos que es como debe de ser en un principio, porque tiene que haber la investigación necesaria, ver la culpabilidad, ver todos los elementos y de ahí tanto la política como el sistema judicial tendrán que decidir si se va a Afganistán o no. El sargento cometió este crimen individualmente, sin ser parte de su función militar. Allí es donde hay un punto legal muy importante, que es el status of forces agreements, donde una persona que cometa un crimen en sus funciones oficiales está sujeto a la jurisdicción de las fuerzas armadas de su país. Cuando comete un crimen dentro de la población civil, con la población civil, como individuo, tiene derecho a pedir justicia local y yo personalmente estaría de acuerdo que lo juzguen en Afganistán si se comprueba, básicamente, que el cometió esos crímenes”.
“Tenemos unas Fuerzas Armadas muy reducidas, nadie quiere gastar dinero, tenemos pocos soldados, entonces a pesar de que correctamente estamos usando a la Guardia Nacional y a la Reserva, porque para eso son, los ciclos de regreso son muy cortos. Del otro lado vivimos en una sociedad muy cómoda, donde nos podemos dar el lujo de ir unos meses y regresar a casa. En las guerras antiguas, incluyendo la Segunda Guerra Mundial, que era la última guerra grande y en Corea, no había tal cosa, ya que salías e ibas hasta que se acababa la guerra, uno, dos, tres, cuatro años, había alguna rotación, algún descanso, pero todo el mundo iba a la duración. Fue en Vietnam donde empezamos a darnos el lujo de ir un año y regresamos y regresar tres años después. Entonces tenemos que medir ambas situaciones, cómo vivía un soldado que sabía que iba a estar en el campo de batalla hasta que se acabara la guerra”.