Las protestas del lunes en Caracas y otras localidades del interior del país dejaron dos fallecidos más, lo que eleva a 23 la cifra de muertos durante las manifestaciones de las últimas tres semanas en Venezuela.
Jesús Sulbarán era empleado de la gobernación de Mérida y murió a consecuencia de disparo de arma de fuego que recibió en el cuello. Sulbarán formaba parte de una marcha realizada por oficialistas en favor del gobierno y otras cuatro personas sufrieron heridas por la misma causa en la ciudad suroccidental de Mérida, capital del estado homónimo. La información fue dada a conocer por el defensor del pueblo, Tarek William Saab, al canal de noticias Globovisión.
En el mismo lugar, un joven universitario fue herido en la cabeza por disparo de arma de fuego durante una manifestación contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro que fue atacada por supuestos seguidores del gobierno armados, conocidos como «colectivos», dijo a The Associated Press el presidente del Colegio de Médicos de Mérida, Alexis Torres.
«Fue un combate casi cuerpo a cuerpo. Estos tipos (los colectivos) armados con cuchillos… y con armas de fuego entraron disparando a mansalva. Se metieron en las residencias, destrozaron vehículos», indicó Torres al relatar las acciones que realizaron los supuestos seguidores del gobierno contra la protesta opositora.
A su vez, durante una protesta en el estado suroccidental de Barinas, falleció Renzo Rodríguez Roda, de 54 años, por un tiro que recibió en el pecho, anunció la Fiscalía General en un comunicado que difundió en su página de internet.
El expresidente de República Dominicana, Leonel Fernández, integrante del grupo que mediaba en el diálogo entre el gobierno y la oposición, se reunió la noche del lunes con Maduro como parte de un esfuerzo para que se reanuden las conversaciones promovidas por UNASUR para acordar soluciones a la crisis.
Fernández llegó al palacio presidencial acompañado por la canciller, Delcy Rodríguez, y su hermano y alcalde del municipio Libertador de Caracas, Jorge Rodríguez, quienes fungieron como representantes de Caracas en las anteriores tentativas de reactivar el proceso. No se dieron detalles del encuentro.
La reunión se produjo un día después de que Maduro destacó la necesidad de renovar los esfuerzos del gobierno para volver a la mesa de diálogo, estancado desde diciembre en medio de acusaciones mutuas de incumplimiento de los acuerdos preliminares.
La oposición descartó cualquier acercamiento a Maduro y anunció que seguirá en las calles hasta que el gobierno convoque elecciones, abra un canal humanitario para alimentos y medicinas, libere a los que consideran presos políticos y respete al Congreso.
Horas antes, bajo un sol ardiente sobre Caracas, decenas de miles de opositores se apostaron a lo largo del distribuidor Altamira, en el este de la principal autopista de la capital venezolana, y lo transformaron en una suerte de parque para jugar cartas y dominó, leer libros, improvisar picnics y acostarse a descansar protegidos por sombrillas y banderas.
«Estoy aquí luchando por mis hijos y por el futuro de los hijos de mis hijos», afirmó a The Associated Press Juan Carlos Bautista, un comerciante de 48 años, mientras jugaba una partida de dominó con otras cinco personas sentado sobre el asfalto. Aseguró que permanecerá en la vía las horas que sean necesarias para protestar contra el gobierno.
Durante la protesta, que se extendió por más de siete horas, se registraron algunos eventos aislados de violencia cuando algunos manifestantes con los rostros cubiertos con telas se enfrentaron con piedras y otros objetos contundentes con varias decenas de policías que les lanzaron gases lacrimógenos para dispersarlos. Los manifestantes quemaron dos vehículos de la corporación estatal eléctrica.
El vicepresidente del partido oficialista, diputado Diosdado Cabello, descartó el lunes por la tarde la posibilidad de que se den elecciones generales tal como pide la oposición y dijo a la prensa: «Nicolás no se va, pero la derecha no va a volver más nunca a gobernar este país».
La marcha comenzó tiempo después de que se informara oficialmente sobre el fallecimiento de una empleada de una clínica privada tras recibir un golpe durante una marcha oficialista.
Almelina Carrillo, de 47 años, murió el domingo en un hospital del centro de Caracas al que había ingresado el 19 de abril tras ser golpeada en la cabeza por una botella de agua congelada lanzada desde un edificio, escribió el ministro de Relaciones Interiores, mayor general Néstor Reverol, en su cuenta de Twitter. La mujer observaba el paso de una marcha oficialista en el centro de la capital.
En rechazo a la protesta del lunes, Maduro afirmó el domingo que no se rendirá «ante las fuerzas de la oligarquía».
Las tensiones políticas se intensificaron luego de dos sentencias que el Tribunal Supremo de Justicia emitió a fines de marzo en las que asumió las atribuciones de la Asamblea Nacional y limitó la inmunidad de los legisladores. Aunque el máximo tribunal, acusado de estar controlado por el gobierno, revirtió los fallos las protestas no han cesado.
Fuente: Associated Press