Una corte federal de Miami dictó sentencia el pasado viernes contra Yaquelin Domínguez-Nieves, de 25 años, por su rol en una operación de tráfico humano que resultó en la muerte de 16 migrantes cubanos en noviembre de 2022. La jueza Beth Bloom le impuso una pena de siete años y medio de prisión. Domínguez-Nieves se había declarado culpable previamente de conspiración para el contrabando de migrantes.
Domínguez-Nieves, residente de Sebring y quien había ingresado ilegalmente a EE.UU. en octubre de 2022, se declaró culpable en enero de este año de conspiración para introducir migrantes ilegalmente. Según la fiscalía, ella y su novio organizaron el viaje desde Playa Jaimanitas, Cuba, cobrando aproximadamente US$11,500 a familiares en el sur de Florida por traer a sus seres queridos.
La precaria embarcación, que partió el 16 de noviembre de 2022 con unos 18 migrantes a bordo, se hundió a unas 30 millas de la costa cubana. Los dos únicos sobrevivientes, rescatados por la Guardia Costera estadounidense, relataron que el bote era demasiado pequeño, no había chalecos salvavidas y el capitán parecía inexperto. Dieciséis personas, entre ellas niños y un bebé de 9 meses, murieron ahogadas; tres cuerpos fueron hallados posteriormente en costas del condado de Monroe.
Durante la audiencia de sentencia el viernes, la jueza Bloom leyó los nombres de las 16 víctimas. Domínguez-Nieves, esposada y vestida con uniforme de reclusa, expresó entre lágrimas: “No pasa un solo día sin que sienta la pérdida de esas personas”. Además de la pena de prisión, se le impusieron tres años de libertad supervisada. Familiares de las víctimas estuvieron presentes, visiblemente afectados. Arturo Verdecia, padre de una de las víctimas, Arturo Verdecia Jr. (28 años), lamentó fuera del tribunal la pérdida de su hijo, quien buscaba un futuro mejor en Estados Unidos y «trágicamente se perdió en alta mar».