La llegada de cubanos a EE.UU. se ha quintuplicado en los últimos cinco años, y prácticamente se ha disparado desde que en 2014 los gobiernos de ambos países anunciaron el restablecimiento de sus relaciones diplomáticas.
De menos de 8.000 de estos inmigrantes durante el año fiscal 2011 se pasó a más de 44.000 en el actual ciclo, pese a que aún faltan más de dos meses para completarlo, informó hoy a Efe la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP).
Solo entre el domingo y este lunes alcanzaron los Cayos de Florida, en el extremo sur del país, unos 60 inmigrantes cubanos, que, como todos, llegaron en rudimentarias embarcaciones y buscan acogerse a la Ley de Ajuste Cubano de 1966, que les resuelve de inmediato su situación migratoria.
Grupos del exilio cubano en Miami señalan que el «éxodo creciente» obedece a la «lentitud y superficialidad» de las reformas emprendidas por el régimen de la isla y al recrudecimiento de la represión.
«La gente no ve la posibilidad de prosperar en su país», aseguró a Efe Juan Antonio Blanco, director de la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FHRC), quien negó que sea «únicamente» debido al temor de los cubanos a perder los beneficios migratorios.
«Todo aquel que puede soñar con la prosperidad en su país no la busca en otra parte», manifestó Blanco.
A estos inmigrantes se les está además cerrando las puertas de entrada a EE.UU. a través de Centroamérica, México y otras naciones como Ecuador, después de la crisis desatada a finales de 2015, cuando Nicaragua decidió cerrar sus fronteras aduciendo razones de seguridad nacional.
Ramón Saúl Sánchez, presidente del Movimiento Democracia, en Miami (Florida), manifestó hoy a Efe que se trata de un «éxodo masivo silencioso por mar y tierra en América Latina», y lamentó que hay también un «creciente enquistamiento» en la región contra estos inmigrantes.
«Es más fácil echarle la culpa a la Ley de Ajuste Cubano que mirar a los ojos del dictador cubano y decirle ‘tú eres el culpable y deja que tu pueblo se pueda desarrollar económicamente para que no siga saliendo a borbotones del país'», indicó Sánchez.
La CBP, que reporta el grueso de estos inmigrantes, informó a Efe que de 7.787 cubanos que llegaron durante el año fiscal 2011, se pasó a 12.192 en 2012, 17.659 en 2013 y 23.752 en 2014.
De allí dio un gran salto a 40.115 en el año fiscal 2015, que comenzó pocas semanas antes de que el presidente de EE.UU, Barack Obama, y su homólogo cubano, Raúl Castro, anunciaran en diciembre de 2014 el inicio de la reconciliación diplomática entre ambas naciones.
Desde esos acercamientos, la CBP y otras autoridades migratorias federales han insistido que el Gobierno «no tiene planes de cambiar su actual política de inmigración hacia Cuba o buscar cambios legislativos en relación con la Ley de Ajuste Cubano».
La CBP precisó que entre el 1 de octubre de 2015, cuando comenzó el presente año fiscal, hasta el pasado 11 de julio, 44.353 cubanos llegaron a EE.UU., principalmente a través de los cruces fronterizos con México.
Además de la frontera, CBP detalló que estos inmigrantes llegan a través de otros puertos y aeropuertos en Miami y Tampa (Florida), Búfalo (Nueva York) y Seattle (Washington).
A este flujo se suma el reportado por otras agencias federales, entre ellas la Guardia Costera, que ha interceptado el presente año fiscal a más de 5.000 balseros en el Estrecho de la Florida.
Esta institución precisó que, de este grupo, aquellos que logran tocar suelo estadounidense pueden quedarse, en cumplimiento de la Ley de Ajuste Cubano y su política de «pies secos/pies mojados», pero quienes son detenidos en el mar son deportados.
Un grupo de estos inmigrantes se aferró en mayo pasado durante varias horas a un faro en el mar en Florida para evitar ser detenido por la Guardia Costera, y tras varias semanas en un buque de esa institución fracasó su intento de acogerse a la política de «pies secos/pies mojados».
Ahora, 18 de ellos aguardan en la base militar de EE.UU. en Guantánamo (Cuba) a que un tercer país los reciba, explicó hoy a Efe el presidente del Movimiento Democracia.
Sánchez, quien constantemente recibe llamados de familiares que esperan a balseros en el sur de Florida, aseguró que «las condiciones en Cuba se hacen cada día más asfixiantes» para los cubanos en la isla.