En los últimos años, los hispanos en Arizona respondieron a las duras medidas contra inmigrantes con una exitosa campaña de movilización de votantes que ha llevado al poder a funcionarios demócratas y ha convertido lo que era antes un baluarte republicano en uno de los estados más reñidos.
La fortaleza de dicho movimiento estará a prueba en las elecciones del martes, cuando los demócratas aspiran que el apoyo hispanos les ayude a vencer las críticas de los republicanos sobre el estado de la economía.
Esto en medio de preocupaciones de los demócratas de que su posición entre los hispanos está menguando. El partido sufrió sorprendentes derrotas en el 2020 en lugares como el sur de Florida, donde inmigrantes de Cuba y Venezuela tienden a ser más de derecha, y en el sur de Texas. En Arizona, donde los hispanos suelen ser más jóvenes e inmigrantes más recientes, éstos podrían ser decisivos en la batalla por el control del Senado y de la gobernación estatal.
“La pregunta es, ¿saldrán a votar los jóvenes hispanos? Porque eso, realmente, es lo que probablemente decidirá si ganamos o no”, dijo Ruben Gallego, un legislador demócrata que representa una zona hispana del sur y oeste de Phoenix.
El senador demócrata Mark Kelly está contando con el apoyo de esos votantes para repetir la victoria que obtuvo en una elección especial dos años atrás. También Katie Hobbs, la candidata demócrata a la gobernación, ante la posibilidad de que los demócratas ganen ese cargo por primera vez desde el 2006.
Los hispanos, que constituyen aproximadamente un tercio de la población de Arizona, formaron menos de una quinta parte de de los votantes en el 2020, pero tienden a ser partidarios por los demócratas. Lo mismo ocurre en Nevada, donde Catherine Cortez-Masto, la primera mujer hispana elegida al Senado, está en peligro de ser derrotada.
Los demócratas enterados de los votos entregados por correo dicen que la participación en los vecindarios hispanos de Arizona es débil comparado con las áreas de personas de raza blanca.
Eso no necesariamente es causa de alarma, dice Gallego. En las elecciones legislativas del 2018 los hispanos jóvenes esperaron a último minuto para votar o para enviar su boleta por correo, indicó. Eventualmente le dieron la victoria a Kyrsten Sinema, la primera demócrata en ganar una campaña senatorial en Arizona en dos décadas.
Donald Trump, en las elecciones del 2020, aumentó la porción de votos hispanos para los republicanos a 38%, comparado con 28% en 2016, según un análisis del Pew Research Center.
No fue suficiente para reelegir a Trump, pero los avances entre los votantes hispanos ayudaron a los republicanos a ganar escaños en el Congreso, especialmente del sur de Texas y Florida.
En Arizona, jóvenes latinos se organizaron tras la aprobación de una ley en el 2010 que permitía a la policía revisar el status migratorio de cualquier persona sospechosa de estar en el país ilegalmente. La medida suscitó una ola de leyes similares en distintos estados del país.
Los líderes de ese movimiento ahora están en posiciones importantes: Gallego está en el Congreso y Raquel Terán es senadora estatal y presidenta del Partido Demócrata de Arizona.
Los latinos son una parte integral de la coalición que ha llevado a Arizona a un territorio ganable para los demócratas, pero no pueden entregar el estado por sí solos, dijo Brendan Walsh, codirector político de Unite Here Local 11 y su grupo político afiliado, Worker Power.
“Si conseguimos que los latinos actúen como queremos pero perdemos terreno en los suburbios, perdemos”, dijo Walsh. “Pero no hay cantidad de votos que podamos recoger en los suburbios que compense una caída de los votantes latinos. Necesitamos que sea tremendo para ganar”.
Los trabajadores de hostelería de Unite Here están haciendo campaña seis días a la semana, centrándose en atraer a los votantes negros y latinos que han dicho que apoyan a Hobbs y Kelly pero que podrían necesitar un empujón extra para votar, dijo.
“Estamos buscando nuevos partidarios, pero también nos aseguramos de que la gente que nos dijo en las últimas semanas que era partidaria de Hobbs vaya a votar”, dijo.
Los republicanos creen que el aumento de los precios y la ansiedad económica les dan una oportunidad para argumentar ante los latinos que no pueden permitirse el liderazgo demócrata. Los republicanos trabajaron agresivamente para vincular a los candidatos demócratas con el presidente Joe Biden, quien es poco popular en Arizona. El presidente no ha estado en Arizona como parte de su gira electoral aunque la primera dama Jill Biden hizo campaña en el estado el sábado para Kelly y Hobbs.
“Los hispanos se preocupan por el empleo. Están en contra de la inflación. Quieren una frontera segura”, dijo el senador republicano Rick Scott, de Florida, que lidera el brazo de la campaña del Partido Republicano en el Senado, después de un evento el mes pasado en una oficina de alcance latino para el partido en Phoenix. “Quieren que sus hijos tengan una buena educación. Los hispanos están hartos de que el sistema escolar público quiera enseñar a sus hijos la teoría crítica de la raza.”
Los demócratas señalan la oposición del candidato del Partido Republicano al Senado, Blake Masters, a un camino hacia la ciudadanía para los “soñadores”, jóvenes traídos al país ilegalmente cuando eran niños. Los demócratas también citan su promoción de la teoría de la conspiración racista de que los demócratas están utilizando la inmigración para reemplazar a los estadounidenses.
Masters señaló que su enfoque en la seguridad fronteriza resuena con la mayoría de los latinos.
“Los votantes latinos con los que hablé están hartos de la frontera sur tan abierta”, dijo Masters. “Esta gente está entusiasmada por votar por los republicanos este noviembre. Han venido legalmente. Este país acoge a los inmigrantes cuando vienen legalmente, pero la cantidad correcta de inmigración ilegal es cero.”
En la contienda por la gobernatura, Lake se ha agarrado a un momento de la aparición de Hobbs en un foro de candidatos patrocinado por la Cámara de Comercio Hispana de Estados Unidos. Cuando se le preguntó qué había aprendido de la comunidad latina, Hobbs se quedó paralizada y se esforzó por dar una respuesta incómoda mencionando que le gustaba “practicar mi español” con su cuñada latina.
“Tartamudeó y se abrió paso a través de una pregunta blanda sobre lo que ha aprendido de la comunidad latina. No se le ocurrió nada”, dijo Lake en una conferencia de prensa el mes pasado.
Cuando se le pidió que respondiera a la pregunta, Lake dijo que su marido y su hija son latinos.
“Son los más trabajadores, dedicados a su familia”, comentó Lake sobre los latinos. “Nos muestran que hay un equilibrio en la vida: cuando pones tu fe en Dios, amas a tu familia y trabajas duro puedes tener ese sueño americano”.
Hobbs ha priorizado el acercamiento a los latinos en las últimas semanas. Pasó un fin de semana recorriendo comunidades latinas y la semana pasada se reunió con propietarios de negocios latinos.
“No se puede separar la cultura latina de Arizona y de lo que somos como estado”, dijo Hobbs a The Associated Press. “Pensé mucho en la gente con la que trabajé en mi carrera como trabajadora social y en las cosas que he aprendido particularmente de las mujeres latinas con las que tuve la oportunidad de trabajar en el refugio de violencia doméstica”.
Hobbs fue trabajadora social y líder de un refugio de violencia doméstica antes de dedicarse a la política en 2010, cuando fue elegida para la Legislatura. Ahora es secretaria de Estado de Arizona.
Para Felipa Álvarez, de Guadalupe, una pequeña comunidad latina e indígena a pocos kilómetros de donde creció Hobbs, en Tempe, ningún acercamiento de Lake puede superar su abrazo a Trump.
“En mi opinión, Kari Lake es la marioneta de Trump”, dijo Álvarez. “Cuando Trump la respaldó, olvídate, estás fuera de la imagen para mí”.
Fuente: AP