“Lo que ocurrió el pasado fin de semana es apenas una muestra de lo que va a ser este gobierno, lleno de protestas, porque el fraude electoral no solamente se trata del voto de los nicaragüenses, sino que también que Nicaragua empiece a ser un problema para la comunidad internacional por el hecho de que Daniel Ortega no es reconocido hasta este momento por gobiernos democráticos”.
“Ya hay expectativas en el país con respecto a lo que va a pasar en el Congreso de los Estados Unidos, después que otro congresista ha solicitado una revisión sobre la cooperación internacional que recibe Nicaragua. Y esto tiene sumamente preocupado a diversos sectores de la sociedad nicaragüense, principalmente el sector privado que mantiene estrechas relaciones económicas con el principal socio económico que ha tenido por el transcurso de muchos años como es el mercado norteamericano”.
“Esto es una mala noticia para Nicaragua y aquí la gente se empieza a movilizar. Prueba de ello es que el pasado fin de semana, el sábado, más de 20 mil personas se concentraron casi frente al Supremo Consejo Electoral para reclamarle al señor presidente de facto de ese poder del estado Roberto Rivas, que le devuelva el voto al nicaragüense, o que bien se practiquen nuevas elecciones pero cambiando totalmente las reglas del juego y los jueces que podrían ser los nuevos actores en este proceso electoral”.
