“El régimen me ha hecho una guerra sicológica con mis padres, han mandado personas a decirle a mi mamá y a mi papá que yo me aparte de todo, que no haga más denuncias porque voy a tener problemas, la voy a ver mal, que puede caer presa y que me pueden quitar a las niñas, entonces mis padres están aterrorizados, están con un temor grandísimo. Prácticamente no salgo de la casa, porque ellos no quisieran que yo saliera porque dicen a lo mejor tú sales y te pasa algo, te cogen, porque uno no puede esperar nada bueno de esta gente”.
“Entonces vivo así, con esa tensión, con esa preocupación. Si salgo tengo que estar en vigilancia. Tengo que llevar a las niñas a la escuela, no queda muy lejos, podrían ir solas, pero en estos momentos con esta situación tengo que llevarlas, tengo que recogerlas. No puedo dejarlas solas porque una no sabe lo que puedan hacerles estas personas, que son unas personas tan malas, sin corazón. Mire lo que le hicieron a mi esposo”.