Alejándose de una crisis de impago, la Cámara de Representantes de Estados Unidos aprobó el miércoles un paquete de límite de deuda y recortes presupuestarios, luego de que el mandatario Joe Biden y el presidente de la cámara baja Kevin McCarthy lograron conformar una coalición bipartidista integrada por demócratas y republicanos centristas que se oponen a las intransigencias conservadoras y a la disidencia progresista.
El acuerdo no complació a muchos, pero los legisladores consideraron que era mejor que la alternativa: una devastadora conmoción económica en caso de que el Congreso no llegara a un acuerdo. Las tensiones estuvieron elevadas durante toda la jornada, ya que los republicanos más conservadores rechazaron el pacto, mientras que los demócratas dijeron que las posturas republicanas “extremistas” generaban el riesgo de un impago en la deuda para la próxima semana.
Con una abrumadora aprobación por 314 votos a favor y 117 en contra en la Cámara de Representantes, la iniciativa ahora pasa al Senado, donde se tiene prevista su aprobación antes de que concluya la semana.
McCarthy insistió en que su partido trabajaba para “darle esperanza a Estados Unidos” mientras se dirigía a un discurso por la tarde para enaltecer los recortes de presupuesto en la iniciativa, los cuales calificó como necesarios para frenar el “desbocado dispendio” de Washington.
Pero ante el descontento de los republicanos que dijeron que las restricciones no eran suficientes, McCarthy afirmó que eran apenas un “primer paso”.
El paquete hace algunos avances para acotar la deuda del país, tal como lo exigieron los republicanos, sin revertir los descuentos fiscales implementados durante el gobierno de Donald Trump, como lo quería Biden. Para su aprobación, Biden y McCarthy contaron con el apoyo del centro político, algo sumamente inusual en un Washington dividido.
En un comunicado dado a conocer después de la votación, Biden declaró: “He sido muy claro en que la única forma de avanzar es un compromiso bipartidista que pueda obtener el apoyo de ambos partidos. Este acuerdo cumple con eso”.
Se refirió a la votación como “una buena noticia para el pueblo estadounidense y la economía estadounidense”.
Biden había enviado a altos funcionarios de la Casa Blanca al Capitolio y llamado por teléfono directamente a legisladores para asegurar su respaldo. McCarthy hizo labores de convencimiento entre los republicanos escépticos, incluso repeliendo intentos de impugnar su liderazgo, con el fin de evitar un impago federal potencialmente desastroso.
Una aprobación rápida a finales de esta semana en el Senado garantizaría que los cheques del gobierno continúen llegando a los beneficiarios del Seguro Social y veteranos, entre otros, y evitaría trastornos financieros a nivel nacional e internacional. El Departamento del Tesoro había dicho que el país se quedaría sin fondos para pagar sus deudas el próximo lunes.
En total, la iniciativa de 99 páginas restringe los gastos por los próximos dos años, suspende el límite de deuda hasta enero de 2025 y realiza cambios en algunas políticas, incluyendo la imposición de nuevos requerimientos laborales para estadounidenses de edad avanzada que reciben asistencia alimentaria, además de que otorga luz verde al gasoducto de los Apalaches al que muchos demócratas se oponen.
Además, refuerza los fondos para defensa y veteranos, y cancela nuevos fondos para agentes del Servicio Interno de Impuestos (IRS por sus iniciales en inglés).
Elevar el límite de deuda del país, que ahora es de 31 billones de dólares, garantiza que el Tesoro ahora puede pedir créditos para pagar las deudas en las que ya incurrió Estados Unidos.
Fuente: AP