El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, hizo el miércoles un solemne llamado a los votantes para que defiendan la democracia del país, mientras explicaba desde el Despacho Oval su decisión de no ir por la reelección y apoyar a la vicepresidenta Kamala Harris.
Insistiendo en que “la defensa de la democracia es más importante que cualquier título”, Biden utilizó su primer pronunciamiento público desde que el domingo anunció que se hacía a un lado para repudiar a Donald Trump, aunque no se refirió directamente al exmandatario, a quien ha calificado de amenaza existencial para la democracia. El discurso de 10 minutos también dio a Biden la oportunidad de tratar de esbozar cómo verá la historia su único mandato.
“Nada, nada puede interponerse en el camino para salvar nuestra democracia”, dijo Biden. “Y eso incluye la ambición personal”.
Fue un momento para los libros de historia: un presidente estadounidense reflexionando ante la nación sobre por qué tomaba la insólita decisión de ceder voluntariamente el poder. No había sucedido desde 1968, cuando Lyndon Johnson anunció que no se postularía a la reelección en plena guerra de Vietnam.
“Venero este cargo”, dijo Biden. “Pero amo más a mi país”.
Apenas una hora antes, en un mitin de campaña, Trump había reiterado sus infundadas acusaciones de fraude electoral en las elecciones presidenciales de 2020, las cuales perdió frente a Biden. Su negativa a aceptar su derrota en las urnas inspiró la insurrección del Capitolio del 6 de enero de 2021, que Biden calificó como “el peor ataque contra nuestra democracia desde la Guerra Civil”.
Biden soslayó la realidad política que le llevó a este punto: su pésimo desempeño en un debate contra Trump hace casi un mes, en el que habló entrecortadamente, lució desmejorado y no rebatió los ataques de su antecesor, lo cual desató una crisis de confianza en el seno del Partido Demócrata. Los legisladores y los votantes de a pie se preguntaban no sólo si sería capaz de vencer a Trump en noviembre, sino también si, a sus 81 años, seguía siendo apto para un puesto de tanta presión.
Biden trató de superar el escepticismo y acallar las preocupaciones con entrevistas y tibios mítines, pero la presión para que se hiciera a un lado por parte de las élites políticas del partido y de los votantes de a pie no hizo más que aumentar.
“He decidido que la mejor forma de avanzar es pasar la antorcha a una nueva generación”, dijo Biden, afirmando que quería dar cabida a “voces frescas, sí, voces más jóvenes”.
Y añadió: “Es la mejor manera de unir a nuestra nación”.
Fue un cumplimiento tardío de la promesa que hizo en 2020 de ser un puente para una nueva generación de líderes, y una capitulación ante la exigencia formulada desde las filas de su partido de que se hiciera a un lado.
El discurso de Biden fue transmitido en directo por las principales cadenas de televisión y de noticias por cable. Presentó además una lista de tareas para sus últimos seis meses en el cargo, y se comprometió a seguir enfocado en sus tareas presidenciales hasta que termine su mandato el 20 de enero de 2025 al mediodía. Dijo que trabajaría para poner fin a la guerra entre Israel y Hamás en Gaza, que lucharía para impulsar el apoyo gubernamental a la lucha contra el cáncer y que impulsaría la reforma de la Corte Suprema, entre otras cosas.
Fuente: AP