La elección de un nuevo Papa siempre genera expectativas y análisis, y el origen geográfico del Pontífice suele tener un peso simbólico importante para los fieles. Así lo considera Ana María Bidegain, profesora del Departamento de Estudios Religiosos de la Universidad Internacional de la Florida (FIU), al analizar la figura del recién electo Papa.
«Cuando se elige un Papa, la geografía pesa. Es símbolo, pertenencia. Las personas se sienten recogidas por ese origen», afirmó Bidegain en Actualidad Radio. Destacó que el nuevo Pontífice presenta un perfil multicultural único: estadounidense de nacimiento, con raíces peruanas por parte de padre, madre española, y una significativa trayectoria de trabajo misionero tanto en América Latina como en Asia.
«Pero en este caso, lo más valioso es su capacidad de cruzar fronteras, no solo geográficas sino también culturales y espirituales», añadió la profesora.
Bidegain enfatizó que la llegada del nuevo Papa no debe interpretarse únicamente como un cambio geográfico en el liderazgo de la Iglesia Católica. «Él llega con un llamado claro a la construcción de puentes», señaló. Subrayó que el rol papal trasciende la lógica política nacional: «Un presidente piensa en los intereses de su país. Un Papa piensa en cada uno de los seres humanos que componen este planeta. Su mirada es universal y profundamente humana».