“Aparentemente se trataba de una persona que era abogada en Las Canarias y utilizaba vecinos de un pueblo que se llama Vecindario para ofrecerles un paquete completo. Era como un paquete turístico, un tanto siniestra y simpática al mismo tiempo, donde le ofrecía un matrimonio a las personas que vivían en Cuba, también le ofrecía la reagrupación familiar a través de la vía de matrimonios falsos y un divorcio de mutuo acuerdo en España y aparentemente también la visa de escape hacia el futuro que todos los cubanos buscan que es Estados Unidos”.
“Todo por un valor de 7.500 dólares. Lo que apena y resulta difícil de creer es que una vez más las víctimas de este tráfico humano es el pueblo de Cuba, que no tiene el derecho a salir libremente del país, que tiene que pedir un permiso al gobierno, que si regresan a Cuba hay que pagar la entrada al gobierno”.
“Si el gobierno de Cuba tuviera la decencia de una vez y por todas poner en regla las reglas más elementales y decentes de la moral y el derecho en cuanto al flujo migratorio, este tipo de problema siempre van a existir pero no de la gravedad y magnitud que resulta esta noticia”.
“Me imagino que habría algún funcionario del registro civil español involucrado y quizás habrían alteraciones de documentos públicos y registros del registro civil que constituyen un serie delito en cualquier país porque se está desintegrando la base informativa básica que tiene el estado, que es el registro del estado civil”.
“Aparentemente el tema va más allá de este simple grupo que traía gente de Cuba. Parece que lo hicieron de una forma muy rudimentaria, rústica, porque todas las personas coincidían ser del mismo pueblo y en Las Canarias que es un lugar muy pequeño todo el mundo se conoce”.