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Blog de Ricardo Brown: ‘A mi que no me hagan cuento con esto del embellecimiento del downtown de Miami’

por actualidad

Foto: AMG

Van a comenzar la obra de embellecimiento de la Calle Flagler en el ´´downtown´´ de Miami.´

 ¡Que maravilla! ¡Que bellos los dibujos de como se verá la zona después de que esté terminada la obra!

¡Descorchemos las botellas de champaña! Y nada de la champaña barata de California que venden en los mercados Wynn Dixie y Publix. No, señor. Esa no es champaña de verdad. La champaña legítima tiene que ser de Francia. Y esta gran noticia de que finalmente tendremos un ´´downtown´´ espectacular es para comprarse el verdadero néctar de burbujas. No seamos tacaños.

Sugiero un Dom Perignon Rosé 2004 o un Salon Blanc de Blancs 1996.

¿Me dice usted que esas son champañas caras? Pues las pagamos con las tarjetas de crédito. Amigos, yo veo esto como una fiesta de quince o una boda. Esto es para tirar la casa por la ventana.

¡Finalmente tendremos un ´´downtown´´ como se merece la Ciudad Mágica, la Capital de América Latina!

 

¡Hurra! ¡Que repiquen las campanas!

No sé si ya se han dado cuenta, pero estoy siendo irónico. Estoy mamando gallo, como dicen en Colombia. O corriendo máquina, como se decía antes en Cuba.
Miren, en realidad yo veo todo esto del embellecimiento de la zona de la Calle Flagler en el centro de Miami con temor. Me da escalofríos pensar que a lo mejor esta es otra de esas obras faraónicas del sur de Florida en que picotean las calles, complican el ya infernal tráfico, y se demoran una eternidad en completar el proyecto.

Y mientras tanto se cierran negocios y se pierden empleos.

¿No se acuerdan de los proyectos en la Avenida Giralda y la Miracle Mile en Coral Gables? ¿Se nos ha olvidado aquello de las reparaciones en la Calle Flagler en la zona de la Pequeña Habana?

Yo recuerdo que parecía que aquellos proyectos jamás terminarían. Yo pasaba por la Giralda o la Miracle Mile o la Flagler y veía el pavimento lleno de enormes huecos. Y el polvo era insoportable y se veían enormes equipos de construcción parados, sin que nadie los operara. Trascurrían días y días y no se veía por allí un solo obrero. Y los comerciantes se quejaban de que estaban perdiendo clientela y los políticos locales se zafaban el cuerpo.

Y claro, finalmente terminaron las obras de Giralda, Miracle Mile y Flagler en la zona de la Pequeña Habana y la verdad es que no quedaron mal.

¡Pero Dios mío, como se demoraron!

Ni que fueran aquellos proyectos algo así como la construcción de la pirámide de Gizeh o del Puente Golden Gate de San Francisco.

Amigos, yo me alegro que haya un proyecto para embellecer el ´´downtown´´ de Miami. Toda gran ciudad necesita una zona central vibrante. La idea de embellecer el downtown miamense no es mala. Nuestro ´´downtown´´ miamense verdaderamente deja mucho que desear.

Pero seamos realistas. Aquí se demoran demasiado las obras públicas. Hay que insistirles a los políticos miamenses que lo que ocurra con el embellecimiento del ´´downtown´´ no sea una repetición de las pesadillas de la Avenida Giralda, el Miracle Mile y el tramo en la Pequeña Habana de la Calle Flagler.

Un amigo vinculado a una de las empresas involucradas en el proyecto del ´´downtown,´´ me asegura que todo marchará rápidamente. Me dice que la empresa que él representa no es como las que fueron contratadas para los desastres de Giralda, Miracle Mile y la Flagler en la Pequeña Habana.

Los dos comisionados miamenses muy metidos en el proyecto, Manolo Reyes y Ken Russell, prometen que van a vigilar muy de cerca la forma en que se lleva a cabo la obra y que no tolerarán demoras innecesarias.

Tengo que decir a favor de los comisionados Reyes y Russell que ellos al menos no hay sido partícipes de las desagradables broncas que han caracterizado las reuniones de la Comisión de Miami. Y sí, eso no tiene nada que ver directamente con el proyecto de embellecimiento del ´´downtown,´´ pero me hace pensar que a lo mejor pueden concentrarse un poco mejor en sus labores ya que no pierden su tiempo y el de los residentes de la Ciudad en infantiles concursos para determinar quien tiene un mayor repertorio de insultos y acusaciones para lanzar contra rivales políticos.

 Y ya ven. Comencé a escribir con ironía, pasé al enojo y termino con un poquito de optimismo.
Para leer otros escritos del Blog, visita: https://www.ricardobrown.org/

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