«Ya no es un hecho aislado, dice, estamos viviendo una escalada de mayor control, mayor represión, especialmente corresponde esta escalada con un mayor atrevimiento y una mayor presencia en las calles de los opositores y disidentes».
«El bloqueo y el embargo, da igual como le digas», siguen relatando la bloguera cubana a Nelson Rubio, «genera muchas fricciones dentro y fuera de la isla. En el caso mío, que vivo aquí, que veo el tema desde la úptica de un ciudadano que habita este país, me da la impresión que es el último argumento que le queda ya al castrismo para explicar sus descalabros económicos y sus descalabros sociales. Sin esa poderosísima justificación, el gobierno cubano tendría que darse de bruces con su ineficiencia, su incapacidad de producir bienes y sobre todo su incapacidad de hacer felices a sus ciudadanos».