“Hay dos cosas que están trabajando en este momento en Siria. Una es que se le está acabando el tiempo al presidente Assad para controlar la revolución que tiene en sus manos. Está desertando mucha gente del ejército con sus armas y a tratado, como es lo único que sabe, de usar la violencia. Hoy llegaron los observadores árabes y el no puede seguir matando y capturando a todos estos opositores mientras estén los observadores árabes allí. Turquía está contra ellos. Casi todo el mundo menos Irán, que es la que le está suministrando armas y municiones, está con ellos”.
“Assad está en estos momentos en una situación muy difícil, y no creo que pueda sobrevivir a largo plazo si la Liga Árabe sigue oponiéndose”.
“Assad ha perdido su credibilidad, y no solamente que ha perdido él la credibilidad sino que está perdiendo la credibilidad de la Liga Árabe, que el mundo entero se está dando cuenta que no era fuerte, monolítica contra el oeste, sino que en realidad les interesa el dinero, el petróleo y el poder en la región, y esto es lo que los hace lucir mal. Se está quedando sin aliados, menos Irán, y eso significa que es muy posible que pueda seguir los pasos del Libia”.