El USS Dwight D. Eisenhower puede ser uno de los portaaviones más antiguos de la Marina de Estados Unidos, pero aún pelea, a pesar de las repetidas afirmaciones falsas de los rebeldes hutíes de Yemen.
Los hutíes y las cuentas de redes sociales que los apoyan han afirmado repetida y falsamente que impactaron o incluso hundieron al portaaviones en el Mar Rojo. El portaaviones lidera la respuesta de Estados Unidos a los ataques de los rebeldes contra buques comerciales y de guerra en esa crucial vía fluvial, ataques que los hutíes dicen que buscan fin a la guerra entre Israel y Hamás en la Franja de Gaza.
El líder del Eisenhower, el capitán Christopher “Chowdah” Hill, responde creativamente en las redes sociales para contrarrestar la información falsa y elevar la moral de los 5.000 efectivos del barco mientras la Marina enfrenta su combate más intenso desde la Segunda Guerra Mundial.
“Creo que han sido unas dos o tres veces en los últimos seis meses que supuestamente hemos sido hundidos, y no ha sido así”, dijo Hill a The Associated Press durante una visita reciente al portaaviones. “Es casi cómico en este punto. Intentan, quizás, inspirarse a través de información falsa, pero eso no funciona con nosotros”.
La visita de dos periodistas de la AP y otras personas al Eisenhower es parte del esfuerzo de la Marina para tratar de contrarrestar las afirmaciones de los hutíes. Mientras estuvieron a bordo durante aproximadamente un día y medio, los periodistas escoltados por marineros recorrieron los 332 metros (1.092 pies) de eslora del barco de propulsión nuclear. Los periodistas de la AP también sobrevolaron repetidamente al Eisenhower en un helicóptero Seahawk.
Aparte del óxido en sus costados debido al aire caliente y húmedo del Mar Rojo, y al agua que aparentemente escapaba de una tubería en un comedor, la nave no parecía deteriorada. Su cubierta de vuelo no sufría daños por explosión ni agujeros. Solo había el hedor del combustible para aviones, charcos de agua aceitosa y el sonido de los motores antes de que despegaran sus aviones de combate F/A-18.
La otra mitad del esfuerzo de la guerra de información ha sido el propio Hill, nativo de Quincy, Massachusetts, algo que se nota inmediatamente en su acento del sur de Boston. Mientras el líder de los hutíes, Abdul Malik al-Houthi, menciona el portaaviones en discursos con afirmaciones falsas, Hill ha ofrecido incesantemente mensajes positivos en línea sobre sus marineros a bordo.
Videos de operaciones de vuelo desde el puente e imágenes de marineros que comen galletas en la silla del capitán son un elemento constante. Después de una afirmación falsa de los hutíes, Hill respondió publicando imágenes de rollos de canela y muffins en la panadería del Eisenhower: una sutil réplica a las afirmaciones.
“La intención general de la divulgación en las redes sociales es conectarse con las familias, acercarlas más al barco”, explicó Hill. “Así que, si puedo publicar fotos de hijos e hijas, esposos y esposas aquí, o incluso de padres y madres —difundirlas—, eso como que acerca a la familia a nosotros. Y nuevamente, esa es nuestra red de apoyo. Pero eso también tuvo otro papel porque todos los demás observaban para ver qué estábamos haciendo”.
Y además están los memes de “Star Wars” y las imágenes del Capitán Demo, el perro mezcla de labrador y golden retriever que deambula por el barco como animal de apoyo para los marineros. Y en cuanto a las fuerzas hutíes que observan sus publicaciones, Hill siente un placer especial al escribir sobre el “martes de tacos” en el barco.
“Vamos a celebrar los ‘martes de tacos’ porque es mi día favorito de la semana por mucho. Eso nunca se va a acabar”, dijo el capitán. “Si llamas campaña de guerra de información a eso, adelante. Al final del día, simplemente es quien soy, ¿sabes?”.
Pero la moral es una profunda preocupación para Hill y otros líderes a bordo del barco. Hasta ahora, el Eisenhower y sus barcos aliados sólo han hecho una breve escala en un puerto de Grecia durante su rotación de ocho meses. El portaaviones también ha sido el más desplegado entre toda la flota estadounidense en los últimos cinco años, según un análisis del servicio de noticias del Instituto Naval de Estados Unidos.
Un marinero, el teniente Joseph Hirl de Raleigh, Carolina del Norte, llevaba un parche que decía: “Vamos Marina, derrotemos a los hutíes”. Si bien se trata de una frase inspirada en la convocatoria clásica para el partido anual de fútbol americano entre el Ejército y la Marina, el oficial de vuelo naval enfatizó que sabía que el combate era muy serio.
“El estrés diario de saber que nos están disparando definitivamente da realismo a toda la experiencia de que este no es un despliegue normal”, dijo Hirl.
Mientras tanto, las municiones también son motivo de preocupación. Carlos Del Toro, el secretario de Marina, dijo al Comité de Servicios Armados del Senado en mayo que la Marina había gastado al menos 1.000 millones de dólares en armamento para los enfrentamientos en el Mar Rojo. Todos los líderes a bordo del Eisenhower con quienes habló la AP reconocieron que la Marina trataba de usar el arma adecuada contra los hutíes, cuya guerra asimétrica les permite utilizar municiones mucho más baratas.
“Mis marineros, mis barcos no tienen precio. Ese no es un cálculo que quiero que haga un capitán”, dijo el capitán David Wroe, el comodoro que supervisa los destructores de misiles guiados que escoltan al Eisenhower. “Así que emplear el sistema de arma adecuado para la amenaza correspondiente y preservar la profundidad del arsenal —para tener más misiles— es sin duda una cuestión táctica pertinente”.
Por ahora, el Eisenhower continúa su patrulla junto al USS Philippine Sea, un crucero y dos destructores, el USS Gravely y el USS Mason. El despliegue ya se ha prorrogado dos veces y siempre existe la posibilidad de que eso vuelva a suceder. Pero Hill anunció que sus marineros seguían dispuestos a luchar y él seguía listo para capitanear a su estilo.
“Llegué a la revelación, en algún momento de mi carrera, de que una de las cosas que todos los humanos necesitan es ser amados y valorados”, dijo Hill. “Así que, como líder, no debería tener miedo de intentar amar y valorar a todos, y también esperar que otros líderes de los que soy responsable amen y valoren a sus marineros”.
Fuente: AP