“El problema es sumamente complejo, tiene muchas aristas y precisamente yo creo que “soluciones” como las que se están planteando últimamente reflejan dos cosas. Primero que el tema de la lucha contra el narcotráfico pasa a ocupar agendas prioritarias como debió haberlo hecho hace mucho tiempo en el continente americano. Segundo, muestra ya niveles de preocupación, inclusive de desesperación que obligan a ciertos líderes a plantearse nuevas estrategias, nuevas medidas. Inclusive medidas extremas, que yo creo que a veces lo hacen sin tener claridad, como lo han pedido inclusive los mismos presidentes latinoamericanos en la última cumbre de Colombia, sin tener claridad de los efectos que puede tener una decisión como hablar de la legalización”.
“Particularmente en el caso de Costa Rica y en el caso personal mío, nosotros creemos que el tema de legalización no es la solución. Es una medida que realmente no se tiene claridad todavía de las consecuencias que puede traer y consideramos que pueden ser más las consecuencias perjudiciales, nefastas para los países, para las poblaciones, que las que puedan considerarse beneficiosas”.