Durante una entrevista en el programa La Peña, conducido por Ricardo Brown, la periodista Iliana Lavastida, directora editorial de Diario Las Américas, analizó el impacto del fallecimiento del Pontífice y cómo su figura fue recibida en el sur de la Florida.
La muerte del Papa ha sido un hecho de gran repercusión mundial. Como líder de la Iglesia católica, su figura representó la fe de millones y encabezó una de las instituciones religiosas más influyentes del planeta. Sin embargo, en comunidades como la del sur de la Florida —donde conviven distintas visiones religiosas y políticas— su legado no ha sido recibido de forma unánime.
Durante su participación en La Peña, Iliana Lavastida afirmó que, para muchos cubanos del exilio, el Papa dejó un “mal sabor en la boca”. Aunque encabezaba la Iglesia a nivel global, algunos de sus gestos y posturas fueron interpretados como una señal de cercanía hacia figuras del régimen cubano.
“El Papa nunca escondió su cercanía a Fidel, a Raúl e incluso a sus familias”, comentó Lavastida, quien considera que ese tipo de actitudes generaron incomodidad entre quienes han vivido las consecuencias del comunismo en carne propia.
“No se trata de decir que fue comunista”, aclaró, “pero inevitablemente hay que reconocer que fue cercano a la revolución y a sus gobernantes”.
Lavastida hizo un llamado a no dejarse llevar por las pasiones ni por los extremos, pero también insistió en la importancia de consultar voces profesionales y no ignorar el sentir de una comunidad que se ha sentido poco representada en su fe.
En Miami, donde la comunidad cubana tiene un peso histórico y emocional profundo, este tema sigue siendo sensible. Y la muerte del Papa ha vuelto a poner sobre la mesa preguntas difíciles sobre la relación entre religión, poder y memoria.