La bolsa de San Pablo operó al cierre con una caída de 1,4%, en 57.786 puntos en su índice Bovespa, con un leve recorte de pérdidas tras confirmarse que el Senado votó a favor de la destitución de Dilma Rousseff, en una jornada histórica para el Brasil.
La plaza brasileña, que desde la asunción provisoria de Michel Temer fue descontando en precios el inevitable giro político en el país, asimiló noticias de la macroeconomía del gigante sudamericano que lucen muy desfavorables y que dieron por tierra con cualquier reacción de euforia por el cambio en la conducción de los destinos de una de las diez economías más grandes del mundo.
Las acciones de Petrobras Brasil cedieron 2,3% en San Pablo y 2,7% en Wall Street. El gigante minero Vale restó 3,1% y 3,4%, respectivamente. La siderúrgica Gerdau cayó 1,1% en San Pablo y 1,3% en Nueva York, mientras que Banco Itaú descendió 2,1 y 1,8 por ciento.
En el mercado de divisas, el real se apreció un 0,6% con respecto al dólar, que terminó negociado a 3,219 reales para la compra y a 3,221 para la venta en el tipo de cambio comercial brasileño. En el mes, la divisa brasileña se valorizó un 0,7% respecto a la denominación estadounidense.
El mercado financiero, de todos modos, evaluó en los últimos meses de forma positiva el posible relevo del PT (Partido dos Trabalhadores) después de cuatro gestiones presidenciales consecutivas y el ascenso de Temer, del centrista Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), al que se asocia con una visión menos intervencionista de la economía.
De hecho, en el transcurso de 2016 el índice Bovespa subió un 32%, a niveles de agosto de 2014, alentado por esta perspectiva de cambio, mientras que el real brasileño se apreció un 20% respecto del dólar.
Entre otros indicadores, que revelan la situación crítica de la economía de Brasil en los últimos años de administración del PT, se conoció que el PBI se contrajo por sexto trimestre seguido entre abril y junio, según datos oficiales, aún cuando la inversión creció por primera vez desde 2013, lo que avivó las expectativas de una recuperación.
El producto interno bruto (PIB) de Brasil se redujo 0,6% en el segundo trimestre, informó el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE). En la comparación interanual, el producto interno bruto (PIB) de Brasil cayó un 3,8% en el segundo trimestre, agregó el ente oficial.
Proyecciones de mercado apuntan a una contracción por encima de 3% para la economía brasileña en 2016, un retroceso por segundo año seguido, antes de una expansión estimada de 1,2% en 2017.
Por otra parte, la tasa de desempleo en Brasil subió hasta el 11,6% de la población económicamente activa en el trimestre entre mayo y julio de este año, cuando cerca de 11,8 millones de personas buscaba trabajo en el mayor país latinoamericano. Se trata del mayor nivel de desocupación medido en Brasil desde enero de 2012.
El índice viene creciendo gradualmente desde el 6,5% medido en el trimestre entre septiembre y noviembre de 2014, con lo que prácticamente se duplicó en dos años, como consecuencia de la recesión que vive Brasil.
También se informó este miércoles un déficit primario de 12.816 millones de reales en julio, equivalentes a unos USD 4.000 millones, que revelan las dificultades fiscales de Brasil.
De esta forma, las cuentas públicas brasileñas acumularon en los siete primeros meses del año un déficit fiscal primario de 36.592 millones de reales (unos USD 11.088,5 millones), el mayor para el período en la historia del país, informó el Banco Central.