El valor estratégico del mercado estadounidense frente a la competencia global y los desafíos de retornar la manufactura al país fueron analizados por Jaime Flórez, analista político y conocedor de la industria automotriz, en el programa Cada Tarde de Actualidad Radio.
En diálogo con Agustín y Carlos Acosta, Flórez abordó la desindustrialización en Estados Unidos y el reciente, aunque limitado, repunte en anuncios de ensamblaje automotriz local. “Hoy manufacturamos muy poco en Estados Unidos. La gran mayoría de lo que consumimos viene de afuera”, afirmó, usando el ejemplo de IKEA para ilustrar la combinación de diseño europeo, producción asiática y consumo estadounidense.
Ante esta realidad, Flórez argumentó que Estados Unidos debe valorar y monetizar el acceso a su codiciado mercado. “Tenemos que ponerle un precio a nuestro mercado… cosas vienen de todo el mundo sin pagarnos un centavo por acceder al poder adquisitivo que tenemos”, sostuvo.
Respecto a la relocalización industrial completa, el especialista la consideró improbable bajo el esquema actual de globalización: “Una producción 100% local es prácticamente imposible”. Sin embargo, destacó ejemplos de éxito parcial, como la fabricación de SUVs de Mercedes-Benz y BMW en el sur de EEUU para exportación global. “Todos los SUVs de Mercedes-Benz y BMW que se venden en el mundo se fabrican en Georgia y Carolina del Sur… desde ahí salen hacia el resto del mundo”, señaló.
Flórez atribuyó la elección de estos estados del sur no al clima, sino a factores laborales: “Es porque en esos estados pueden fabricar sin trabajo sindicalizado, lo que reduce costos y hace competitiva la producción”. Contrastó esto con los costos en Asia: “Mientras aquí pagamos entre $45 y $65 por hora, allá pagan centavos. Eso explica por qué sus vehículos llegan más baratos”.