Irán negó el viernes las acusaciones de Occidente de que uno de sus misiles derribó un avión de pasajeros ucraniano que se estrelló a las afueras de Teherán, y pidió a Estados Unidos y Canadá que compartan la información que tengan sobre el siniestro en el que murieron las 176 personas a bordo.
Líderes occidentales dijeron en la víspera que el avión parecía haber sido alcanzado involuntariamente por un misil tierra-aire horas después de que Irán dispararse alrededor de una docena de misiles balísticos contra dos bases de Estados Unidos en Irak para vengar la muerte de su general de mayor rango en un ataque dirigido de Washington la semana pasada.
“Lo que es obvio para nosotros, y lo podemos decir con certeza, es que ningún misil alcanzó el avión”, afirmó Ali Abedzadeh, director del departamento nacional de aviación iraní, en una conferencia de prensa.
“Si ellos están realmente seguros, deberían mostrar sus hallazgos al mundo” de acuerdo con los estándares internacionales, agregó.
Recuperar los datos de las llamadas cajas negras del avión _ dos dispositivos de color naranja brillante que almacenan los datos de vuelo y las conversaciones de cabina _ podría tomar más de un mes, y el conjunto de la pesquisa podría alargarse hasta el próximo año, apuntó Hassan Rezaeifar, director del equipo de investigación iraní.
El ataque a las bases iraquíes no causó víctimas mortales, lo que elevó la esperanza de que el enfrentamiento por el asesinato del general Qassem Soleimani pudiese terminar de forma relativamente pacífica. Pero Teherán ha enviado señales contradictorias sobre si da por completadas sus represalias.
Si Estados Unidos o Canadá presentaran evidencia incuestionable de que el aparato operado por la aerolínea ucraniana Ukrainian International Airlines fue derribado por Irán, aunque fuese de forma no intencionada, esto podría tener un dramático impacto en la opinión pública local.
Los iraníes mostraron su apoyo al liderazgo tras el asesinato de Soleimani el pasado viernes, y cientos de miles de personas participaron en actos fúnebres en su honor en varias ciudades en una muestra de unidad y dolor sin precedentes.
Pero la herida por la represión gubernamental de las masivas protestas registradas a finales del año pasado por una crisis económica agravada por las sanciones impuestas por Washington, sigue abierta.
Estas fisuras podrían volver a manifestarse si las autoridades iraníes aparecen como las responsables de la muerte de 176 personas, en su mayoría iraníes o con doble nacionalidad canadiense e iraní.
Irán “ha invitado tanto a Ucrania como a la compañía Boeing a participar en las investigaciones”, dijo el portavoz del Ministerio de Exteriores, Abbas Mousavi, en declaraciones publicadas por la agencia noticiosa estatal IRNA. Una delegación canadiense formada por 10 personas viajaba al país para atender a las familias de las víctimas, agregó más tarde.
En un primer momento, Teherán dijo que no permitiría la participación de Boeing, en contra de las normas internacionales vigentes sobre pesquisas de accidentes. Más tarde, invitó a la agencia de investigación de siniestros estadounidense a sumarse a los trabajos.
La Junta Nacional de Seguridad en el Transporte (NTSB, por sus siglas en inglés) dijo el jueves en la noche que “evaluará su nivel de participación” señalando que su intervención podría verse limitada por las sanciones de Washington al país. Funcionarios estadounidenses expresaron su preocupación por enviar personal a Irán en el clima de tensión actual.
De acuerdo con las normas de la organización de aviación de Naciones Unidas, la agencia estadounidense tiene derecho a participar en el proceso porque el aparato siniestrado, un Boeing 737-800, fue diseñado y construido en Estados Unidos.
Boeing no realizó comentarios de inmediato.
Por otra parte, Ucrania confirmó que Irán permitió que sus investigadores accediesen a los fragmentos del avión, que fueron examinados el jueves en la noche.
“Es demasiado pronto en la investigación para revelar detalles específicos”, apuntó la oficina del presidente, Volodymyr Zelenskiy, en un comunicado.
Además, las autoridades ucranianas están recopilando muestras de ADN de familiares de las víctimas para identificar los cuerpos, agregó la nota.
Estados Unidos, Canadá y Gran Bretaña dijeron el jueves que era “sumamente probable” que el avión hubiese sido derribado por Irán, y Washington señaló además que el aparato podría haber sido identificado erróneamente como una amenaza.
Un reporte preliminar iraní difundido el jueves señaló que los pilotos del avión siniestrado nunca hicieron un llamado de ayuda y que la aeronave intentaba volver al aeropuerto cuando se desplomó. En tanto, Ucrania señaló que consideraba el ataque de misiles como una de varias teorías posibles en el incidente, a pesar de la negativa iraní.
Fuente: AP