Miami. – No se trata solo de explotación laboral, sino también de acoso, abuso y restricción de libertades, todo amparado por un supuesto “contrato”. Esta es la historia de “Carmen”, una médica cubana que formó parte de una de las Brigadas Médicas en Santa Lucía y quien, gracias a la periodista Annarella Grimal, relató en Actualidad Radio cómo esta oferta de “solidaridad” —una de las banderas de la dictadura cubana— termina siendo una nueva modalidad de esclavitud.
“Aquí hay una tragedia familiar”, comentó Grimal en el programa «Al Final del Día» con Julio Bevione, refiriéndose a los profesionales separados de sus familias por el régimen. Estos médicos son llevados, a menudo bajo engaño, a países que firman los llamados “acuerdos de solidaridad”, materializados en las conocidas brigadas médicas.
Lo que ganan es prácticamente “nada” en comparación con el valor real de su trabajo. En Cuba, explica la periodista, un médico gana apenas entre 16 y 20 dólares al mes, razón por la cual estas brigadas médicas resultan inicialmente “atractivas” para los profesionales de la salud en la isla.
Grimal describe la situación como “muy delicada”. Estas brigadas, aunque atractivas en principio, terminan siendo “una completa mentira”. “En Bahamas, por ejemplo, el acuerdo estipula un pago cercano a los 5 mil dólares mensuales por cada médico. Sin embargo, los profesionales solo reciben entre 900 y 1200 dólares mensuales, menos del 25 % del total acordado”, detalla la periodista. (Nota: 900-1200 es entre 18% y 24% de 5000, no «prácticamente un 10%»)
Conseguir testimonios de quienes han sufrido esta explotación es muy complicado, ya que “tienen mucho miedo porque han sido víctimas de un régimen opresivo”. Sin embargo, añade Grimal, hoy son los propios médicos quienes están denunciando lo que ella califica como un “crimen organizado”.
En uno de los testimonios recibidos, “Carmen” , a quien llamamos así para proteger su seguridad, relató su experiencia: “Tú no tienes dinero ni para comprar un boleto (ticket), incluso dentro de Cuba tú eres un prisionero”. (Corrección de acentos y puntuación en la cita)
Grimal asegura que una de las sanciones que impone el régimen cubano contra quienes desertan de las misiones es drástica: “Si incumplen sus contratos, pueden prohibirles la entrada a Cuba por 8 años”. (Corrección de pronombre y puntuación)
Esta periodista cubana, residente en Irlanda, no solo ha investigado el tema, sino que ha vivido de cerca esta historia: “Yo tengo dos primos que ahora no pueden entrar a Cuba porque abandonaron las brigadas”, comparte.