En este episodio hablamos de la elección de las fórmulas vicepresidenciales, quiénes pueden ocupar esta posición y por qué es en sí misma una estrategia electoral.
Cada vez que votamos en una elección presidencial votamos para que dos personas lleguen a la Casa Blanca: Presidente y Vicepresidente.
El puesto de Vicepresidente ha cambiado mucho con el tiempo, y desde hace varias décadas es una posición de mucho poder, pero siempre depende de lo que decida el presidente. El Vicepresidente puede ser una figura en un segundo plano, como Speero Agnew, el VP de Richard Nixon, o Dan Quayle, el VP de George Bush, o puede ser una persona con muchísimo poder y manejar grandes agendas políticas, como Al Gore, quien fuera VP de Bill Clinton, o Dick Chaney, VP de George W Bush.
El presidente es quien escoge quién será su VP, y lo hace antes de la elección. Por eso, la elección del VP es en sí misma una estrategia de campaña. Es común que los candidatos a la presidencia escojan a un candidato que los complemente, o que apele a un público que aún no tienen ganado, a un estado que necesitan ganar.
En el caso de esas fórmulas complementarias, Donald Trump, por ejemplo, eligió en 2016 a Mike Pence. En el 2008, Barack Obama, un joven senador de Illinois, que se había convertido en unas figura muy carismática dentro de los demócratas, escogió como VP a Joe Biden. O Ronald Reagan, que tenía posturas fiscales muy conservadoras, necesitaban a una figura más de centro y eligió a George Bush
Hay muchas razones por las que un candidato a la presidencia puede elegir a un VP, pero sí hay una regla indiscutible: que no haga daño a la campaña. Tristemente, hay varios ejemplos, dentro de los republicanos y los demócratas, recordados como elecciones que incluso son señaladas como, al menos en parte, responsables de las derrotas.
Por los demócratas, Joe Liberman. Fue la fórmula vicepresidencial de Al Gore en el 2000. Era moderado, había criticado a Bill Clinton por su comportamiento inapropiado, que terminó en un juicio político, e incluso años después ganó un puesto al senado como independiente, y terminó haciendo campaña por el candidato republicano en 2008. Un completo desastre para Al Gore.
Y por los republicanos, Sarah Palin. Gobernadora de Alaska, fue elegida por el republicano John McCain en 2008. Dio varias entrevistas desastrosas, terminó alienando a muchos votantes de centro y se volvió el chiste favorito de los programas cómicos de TV. Hay varios documentales sobre el desastre que fue esa elección, y hasta una película protagonizada por Julianne Moore y Ed Harris, tan divertida como dolorosa.
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