El diputado argentino del PRO, Gerardo Milman, reconoció que, aunque «es algo reservado lo que estoy contando», el Estado argentino tiene identificadas ciertas «células dormidas», potencialmente vinculadas con actividades delictivas y de espionaje. Asegura que estas células están controladas y que se prefiere mantenerlas bajo vigilancia en lugar de desactivarlas. La razón, explicó, es estratégica: si se desarticula una célula conocida, existe el riesgo de que sea reemplazada por otra de la que no se tenga información, lo que complicaría las tareas de inteligencia.
Esta revelación de Milman se hizo en el marco de las denuncias que ha recibido el diputado sobre una red de espionaje y persecución transnacional, presuntamente vinculada al chavismo, que se ha podido detectar en Argentina.