“Una decisión sumamente difícil pero también es una decisión dolorosa que está relacionada directamente con la misma legislación de los Estados Unidos. Hay que recordar que durante la presidencia de Jimmy Carter se aprobaron una serie de legislaciones relacionadas con los derechos humanos que transformaron la política exterior de los Estados Unidos, que antes apoyaba a dictaduras a lo largo de todo el continente y a lo largo de todo el mundo y después de eso se estableció la necesidad de un weaver para que certificara el departamento de estado que los países no violaban los derechos humanos para poder tener acceso a los fondos del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial”.
“Entonces eso ya es una ley muy importante en los Estados Unidos que transformó su política exterior, por el otro lado Nicaragua tiene tres fraudes electorales sucesivos. Estos fraudes han sido mas o menos aludidos porque se dice que el reporte de la OEA no habla de fraude electoral, que tampoco el reporte de la Unión Europea habla de fraudes electorales, entonces aquí se ha producido una especie de debate a nivel internacional si hubo fraude o no. Por otro lado tenemos a la Congresista Ros Lethinen, ha estado pidiendo cuentas sobre la situación de Nicaragua, se habla de que haya un acuerdo para que no se bloquee la aprobación de otro diplomático que estaba pendiente y eso ha hecho que de nuevo la atención de la administración Obama recaiga sobre Nicaragua. No se habla de que se van a suspender los créditos, se habla de que va a haber un seguimiento y una observación directa. Más puntual sobre la aprobación de los préstamos”.
“Entonces todavía el lenguaje diplomático está manteniéndose vigente, dentro del ritual de una serie de amenazas, tratando de que Managua o que Ortega, tenga un cambio de actitud que definitivamente no se va a producir porque ya tenemos aquí en Nicaragua una serie de declaraciones”.
“El pueblo nicaragüense tiene la convicción de que ha habido tres fraudes directamente en línea. Las elecciones del 2006 fueron fraudulentas, las elecciones municipales fueron fraudulentas, las elecciones regionales fueron fraudulentas y ahora tenemos las nuevas elecciones también fraudulentas y anticonstitucionales, lo cual le ha quitado al gobierno de Ortega toda legitimidad. Eso es una realidad, el pueblo nicaragüense lo palpa directamente”.
