BEIRUT (AP) — Los choques armados entre tropas gubernamentales sirias y los rebeldes arreciaban el jueves en bastiones de la oposición en la sitiada ciudad de Alepo al tiempo que Irán, un estado clave en el respaldo al presidente Bashar Assad, se disponía a recibir a varios aliados que analizarán formas de poner fin al conflicto.
Por segundo día consecutivo el régimen incrementó su asalto contra Alepo, la mayor ciudad siria y núcleo de su comercio, pero parece que los ataques virulentos desde tierra y aire contra las posiciones insurgentes solamente desgranaban lentamente el control rebelde de sus bastiones.
La agencia estatal de noticias dijo el miércoles que las fuerzas de Assad habían recuperado el control del barrio de Salahedín, la principal zona insurgente de Alepo, pero los activistas dijeron que los rebeldes aún estaban dando la pelea allí el jueves.
«Es difícil saber exactamente lo que está pasando por la magnitud de los cañoneos, pero los rebeldes siguen luchando», dijo desde Alepo el activista Mohammad Said en una entrevista con The Associated Press a través de Skype.
Dijo que las tropas gubernamentales están usando aviones de combate y tanques para atacar los poblados de Tel Hreitan y Rifat, a unos 40 kilómetros (25 millas) al norte de Alepo, desde donde la mayor parte de los rebeldes llegan a la ciudad.
«Ellos tratan de cortar las líneas principales entre Tel Rifat y Alepo», agregó.
Los aviones militares sirios atacaron Tel Rifat el miércoles, donde mataron a seis personas de una misma familia y dañaron una casa y una escuela secundaria, dijeron residentes.
Añadieron que las fuerzas del gobierno han atacado frecuentemente esa población, pero que este había sido el primer ataque aéreo. Admitieron que había algunos rebeldes en la zona, pero un reportero de The Associated Press no vio hombres armados durante un recorrido breve por el lugar.
Alepo tiene gran importancia simbólica y estratégica. A unos 40 kilómetros (25 millas) de la frontera con Turquía, ha sido un pilar de apoyo al régimen desde el levantamiento popular. Una victoria de la oposición allí facilitaría el acceso a armas y combatientes procedentes de territorio turco, donde residen muchos rebeldes.
La televisión estatal de Irán dijo que Teherán, el principal aliado de Siria en Medio Oriente, era el anfitrión de una conferencia de «amigos» de Siria en la cual se buscará una salida pacífica a la crisis.
Amir Hossein Abdulahian, viceministro de Relaciones Exteriores iraní para países árabes y africanos, dijo que asistirán representantes de 15 naciones, entre ellos los poderosos Rusia y China, así como Venezuela, Pakistán, Irak y Argelia. La cancillería rusa dijo que Moscú estará representado por su embajador en Teherán.
La reunión fue convocada con poca antelación.
Rusia ha instado a Occidente para que Teherán participe en los debates internacionales sobre una salida a la crisis siria, alegando que la república islámica podría tener un papel clave. Moscú ha sido el principal protector y aliado del régimen de Assad, protegiéndolo de las sanciones de Naciones Unidas por la represión brutal de un levantamiento popular que se ha convertido en una guerra civil.
Assad, por su parte, designó a un nuevo primer ministro en sustitución del que desertó a Jordania esta semana, infligiendo un golpe moral humillante para el régimen. La agencia estatal de noticias SANA dijo que Assad nombró para el puesto al ministro de Salud, Wael Nader al-Halqi, un miembro del partido gobernante Baaz y quien es oriundo de la ciudad sureña de Dara, cuna de la revuelta siria iniciada hace 17 meses.
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