“Estamos observando un deterioro sostenido en todas las variables que dan apoyo al gobierno. La única variable que él está manejando con cierto éxito que es la oferta de viviendas, pero el resto de las variables, la percepción de la marcha del país, la satisfacción económica de la gente, la percepción sobre las políticas públicas, las condiciones de su enfermedad, la calificación que eso le permite o no para continuar en el poder o ni siquiera en la campaña y el crecimiento en las variables del apoyo a Capriles, tanto argumentales como emocionales nos indican que esta situación de empate puede resolverse progresivamente hasta finalizar la campaña, que es ahora que está comenzando”.
“Cuando yo digo que no es cierto que quien paga ordena el resultado, me refiero a las encuestadoras profesionales, a las encuestadoras serias. Aquellas que, modestia aparte, como yo mismo, tenemos mucho tiempo, toda la vida profesional nos hemos dedicado a esto. Pero de pronto surgen encuestas que nadie conoce, que no tienen experiencia histórica, que no pueden demostrar un aval histórico de su conducta y cuando lo hacen es para mostrar la inmensa diferencia que hay entre sus pronósticos y los resultados posteriores”.
“Entonces efectivamente hay encuestas que se prestan a la manipulación, incluso hay encuestas que se montan exclusivamente con la finalidad de crear un clima especial de opinión pública favorable a un determinado candidato. En este caso, en el caso venezolano, eso es comprensible. Yo puedo entender que el gobierno, en este caso, haya decidido hacer o promover una serie de encuestas con resultados extremadamente favorables y fuera de toda razón lógica y certeza profesional a favor del presidente Chávez, porque tienen que substituir la percepción de que Chávez está derrotado por su enfermedad de antemano, por la invencibilidad de alguien a quien han tratado de endiosar durante los últimos meses”.