Estados Unidos presionó el martes a sus aliados para que muevan “cielo y tierra” para mantener a Kiev bien abastecida de armas, mientras las fuerzas rusas atacan el este y el sur de Ucrania, en medio de temores de que la guerra pueda propagarse más allá de las fronteras del país.
Por segundo día consecutivo, se registraron explosiones en la región separatista de Transnistria, en la vecina Moldavia, las cuales derribaron dos potentes antenas de radio cercanas a la frontera ucraniana. Nadie reivindicó la autoría de los atentados, pero Ucrania culpó a Rusia.
En tanto, Polonia y Bulgaria dijeron que el Kremlin dejará de suministrarles gas natural a partir del miércoles, en lo que representa la primera acción de este tipo en la guerra. Ambos países, miembros de la OTAN, habían rechazado las exigencias de Rusia de que pagaran el gas en rublos.
Polonia ha sido una de las principales puertas de entrada de armas a Ucrania y ha confirmado esta semana el envío de tanques al país.
El efecto potencial del corte no estaba claro por el momento. Polonia dijo que estaba bien preparada para una medida de este tipo después de trabajar durante años para reducir su dependencia en la energía rusa. Bulgaria obtiene más del 90% de su gas de Rusia, y los funcionarios señalaron que estaban tratando de encontrar otras fuentes.
Después de dos meses de lucha, las armas occidentales han ayudado a Ucrania a detener la invasión rusa, pero los líderes del país han dicho que necesitan más apoyo rápidamente.
El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, convocó el martes a una reunión de funcionarios de unos 40 países en la base aérea estadounidense de Ramstein, en Alemania, y dijo que se está preparando el envío de más ayuda.
“Esta reunión refleja al mundo unido”, dijo Austin, y agregó que quiere que los funcionarios se vayan de la reunión “con una comprensión común y transparente de los requisitos de seguridad inmediatos de Ucrania, porque vamos a seguir moviendo cielo y tierra para poder satisfacerlos”.
Después de que una dura defensa de las fuerzas ucranianas impidió la toma de la capital ucraniana al inicio de la guerra, Moscú ahora dice que se enfoca en el Donbás, la región industrial en su mayoría rusófona situada en el este de Ucrania.
En la pequeña ciudad de Toretsk, en el Donbás, los residentes pasan apuros para sobrevivir y capturan agua de lluvia para limpiar y bañarse mientras esperan ansiosamente que termine la lucha.
“Está mal. Muy mal. Imposible”, dijo Andriy Cheromushkin. “Te sientes tan indefenso que no sabes qué debes y qué no debes hacer. Porque si quieres hacer algo, necesitas algo de dinero, y por ahora no hay dinero”.
Se reportaron avances rusos y fuertes combates en el Donbás, y un pueblo, Kreminna, presuntamente cayó tras días de batallas callejeras, de acuerdo con el ejército británico.
En Mariúpol, las autoridades indicaron el martes que las fuerzas rusas asestaron 35 ataques aéreos en la planta siderúrgica Azovstal durante las últimas 24 horas. La planta es el único reducto conocido de combatientes ucranianos en la ciudad, y algunos de los civiles que se refugian ahí resultaron heridos durante los ataques, informaron funcionarios.
“Rusia ha intensificado drásticamente los ataques en las últimas 24 horas y usa bombas pesadas antibúnker”, dijo por teléfono a The Associated Press Petro Andryushchenko, asesor del alcalde de Mariúpol. “La cantidad de heridos se sabrá una vez que se despeje el escombro”.
También acusó a las fuerzas rusas de atacar una ruta que había ofrecido como corredor de escape de la siderúrgica.
Más allá de Mariúpol, funcionarios locales dijeron que al menos nueve personas murieron y varias más resultaron heridas en los ataques rusos contra pueblos y ciudades del este y el sur. Pavlo Kyrylenko, gobernador de la región de Donetsk, en el Donbás, informó en la aplicación de mensajería Telegram que las fuerzas rusas “siguen disparando deliberadamente contra civiles y destruyendo infraestructura crítica”.
Los misiles rusos también derribaron un puente ferroviario estratégico en una ruta que une la región portuaria de Odesa, en el sur de Ucrania, con la vecina Rumania, miembro de la OTAN, según las autoridades ucranianas. No se registraron heridos.
La costa del sur de Ucrania y Moldavia están en vilo desde que un alto mando militar ruso dijera la semana pasada que el objetivo del Kremlin es asegurar no sólo el este de Ucrania, sino todo el sur, para abrir el camino a Transnistria, una franja de tierra con unos 470.000 habitantes a lo largo de la frontera ucraniana, donde hay apostados unos 1.500 soldados rusos.
No estaba claro quién estaba detrás de las explosiones en Transnistria, pero los ataques hicieron temer que Rusia esté provocando problemas para crear un pretexto para invadir la región o utilizarla como otro punto desde el cual atacar Ucrania.
El presidente ucraniano, Volodymyr Zelenskyy, dijo que las explosiones fueron realizadas por Rusia y que estaban “diseñadas para desestabilizar”, con la intención de mostrar a Moldavia lo que podría ocurrir si apoya a Ucrania.
Fuente: AP