Un ataque sobre un hospital de maternidad en la ciudad portuaria de Mariúpol mató a tres personas, incluida una niña, según dijo el jueves el consejo municipal, mientras las fuerzas rusas intensificaban su asedio sobre ciudades ucranianas y los responsables diplomáticos de Rusia y Ucrania se reunían por primera vez desde que comenzó la guerra.
El ataque del miércoles hirió a 17 personas, entre mujeres que esperaban a dar a luz y médicos y niños sepultados bajo los escombros. También cayeron bombas sobre dos hospitales en otra ciudad al oeste de Kiev.
La Organización Mundial de la Salud dijo haber confirmado 18 ataques a instalaciones médicas desde el inicio de la invasión rusa hace dos semanas.
Mientras comenzaba la tercera semana de guerra, autoridades occidentales dijeron que las fuerzas rusas habían hecho pocos avances en los últimos días, aunque han aumentado el bombardeo sobre Mariúpol y otras ciudades, atrapando a miles de personas en urbes donde escasean el agua y la comida.
Los cese el fuego temporales para evacuar civiles se han desbaratado a menudo, y Ucrania acusó a Rusia de continuar sus bombardeos. Pero el presidente, Volodymr Zelensky, dijo que 35.000 personas habían logrado salir el miércoles de varias localidades asediadas.
El consejo municipal de Mariúpol compartió un video el jueves que mostraba autobuses avanzando por una autopista e indicó que un convoy con alimentos y medicamentos estaba de camino, pese a varios días de intentos frustrados de llegar a la ciudad.
Las imágenes de la ciudad, donde han muerto cientos de personas y algunas víctimas fueron enterradas en una fosa común, han provocado condenas de todo el mundo. Gran Betaña tachó de crimen de guerra el ataque a un hospital infantil. Otros dos hospitales fueron atacados en Zhitómir, una ciudad al oeste de Kiev, según dijo en Facebook el alcalde, Serhii Sukhomlyn. No hubo heridos, señaló.
“Todo el mundo trabaja para llevar ayuda a la gente de Mariúpol. Y llegará”, dijo el alcalde de Mariúpol, Vadym Boychenko.
En el extremo oeste de Kiev se oía fuego de artillería el jueves, según dijo el viceministro del Interior, Vadym Denysenko. La gente pasó una noche “bastante difícil” a las afueras de la capital, indicó a la televisora ucraniana Rada. Las fuerzas rusas empezaron atacando objetivos militares pero después alcanzaron zonas residenciales, señaló.
Mientras tanto, los dos bandos celebraban el jueves sus conversaciones de más alto nivel desde que comenzó la invasión. El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, dijo confiar en que la reunión entre el ministro ruso de Exteriores, Sergey Lavrov, y su homólogo ucraniano, Dmytro Kuleba, “abra la puerta a un cese el fuego permanente”.
Kuleba dijo que se habían hablado sobre un cese el fuego de 24 horas pero no habían hecho progresos. Rusia aún quiere “una rendición de Ucrania”, señaló.
“Esto no es lo que van a conseguir”, dijo, añadiendo que estaba dispuesto a continuar el diálogo.
El suelo se estremeció a más de kilómetro y medio (una milla) de distancia cuando el complejo en Mariúpol fue alcanzado por una serie de explosiones que hicieron estallar las ventanas y destruyeron buena parte de la parte frontal de un edificio. Policías y soldados se apresuraron para evacuar a las víctimas, retirando en camilla a una mujer embarazada y cubierta de sangre mientras caía una ligera nevada sobre los vehículos y árboles calcinados por la explosión.
Otra mujer lloraba mientras abrazaba a su hijo. En el patio, el cráter de una explosión tenía más de dos pisos de profundidad.
Zelenskyy, dijo que el ataque en Mariúpol dejó atrapados a niños y adultos bajo los escombros.
“Un hospital infantil. Un hospital de maternidad. ¿Cómo amenazaban a la Federación Rusa?”, preguntó Zelenskyy durante su discurso en video, expresándose en ruso para expresar su horror por el ataque. “¿Qué tipo de país es este, la Federación Rusa, que le tiene miedo a los hospitales, miedo a los hospitales de maternidad, y los destruye?”
Instó a Occidente a imponer sanciones aún más estrictas para que Rusia “ya no tenga posibilidad alguna de continuar este genocidio”.
El ministro británico de las Fuerzas Armadas, James Heappey, dijo que independientemente de si el hospital había recibido fuego “indiscriminado” en una zona urbana o había sido un blanco deliberado, “esto es un crimen de guerra”.
Gran Bretaña añadió el jueves más oligarcas a su lista de sanciones, incluido el multimillonario Roman Abramovich, propietario del club de Premier League Chelsea. El gobierno dijo que los activos de Abramovich se habían congelado y que el empresario no podía visitar el país ni hacer transacciones con personas o negocios británicos.
En Zhitómir, una ciudad de 260.000 habitantes al oeste de Kiev, las bombas cayeron sobre dos hospitales, uno de ellos infantil, informó el alcalde Serhii Sukhomlyn en Facebook. Aseguró que aún se está determinando el número de víctimas. Su reporte no pudo confirmarse de manera independiente.
La OMS dijo haber confirmado 10 muertos en ataques a instalaciones médicas y ambulancias desde el inicio de los combates. No estaba claro si las cifras incluían el ataque al hospital de maternidad.
Dos semanas después de que Rusia inició su ataque a Ucrania, el ejército ruso está pasando más apuros de los previstos, pero las más de 150.000 tropas de Putin cuentan con ventajas en poderío que posiblemente sean insuperables en su asedio a ciudades clave.
A pesar del intenso fuego de artillería sobre zonas pobladas, oficiales militares estadounidenses reportaron pocos cambios en el terreno durante las últimas 24 horas, salvo por el avance ruso en ciudades como Járkiv y Mykolaiv. Los oficiales hablaron a condición de guardar el anonimato a fin de hacer una evaluación de la situación militar en general.
Las autoridades anunciaron nuevos ceses del fuego para permitir a miles de civiles escapar de poblaciones bombardeadas. Zelenskyy dijo que el miércoles se habían habilitado tres corredores humanitarios desde Sumy, en el noroeste; los suburbios de Kiev, y Energodar, la población sureña donde las fuerzas rusas tomaron una gran central nuclear.
En total salieron unas 35.000 personas, señaló. Había más evacuaciones previstas para el jueves.
Fuente: AP