Rusia anunció el martes que su reconocimiento de independencia a zonas rebeldes en el este de Ucrania incluye zonas controladas por las fuerzas ucranianas, lo que subía las apuestas entre temores de Occidente a que Moscú pudiera preparar una invasión plena de Ucrania.
Rusia ha reconocido la independencia de las regiones rebeldes “en fronteras que existían cuando ellos proclamaron” su independencia en 2014, indicó el vocero del Kremlin, Dmitry Peskov.
Las fuerzas ucranianas recuperaron después parte de ambas regiones, en un conflicto de casi ocho años que ha dejado más de 14.000 muertos.
Rusia reconoció el día anterior la independencia de los rebeldes, pero no concretó dónde consideraba que estaban sus fronteras. La decisión fue ampliamente considerada en Occidente como un presagio de invasión rusa. Rusia ha acumulado unos 150.000 soldados cerca de Ucrania en las últimas semanas, y varios líderes occidentales han advertido que Moscú tenía previsto atacar.
Líderes occidentales condenaron el reconocimiento de Donetsk y Luhansk y dijeron que preparaban sanciones. Alemania anunció el martes que había tomado medidas para bloquear un gasoducto con Rusia.
Las autoridades rusas aún no habían reconocido ningún despliegue militar en las zonas rebeldes, pero Vladislav Brig, miembro del consejo separatista local en Donetsk, dijo a la prensa que las tropas rusas ya habían llegado, adoptando posiciones en el norte y oeste del territorio.
Desde que estalló el conflicto, semanas después de que Rusia se anexionara la península ucraniana de Crimea en 2014, Ucrania y sus aliados occidentales han acusado a Moscú de respaldar a los separatistas con tropas y armas, algo que el país ha negado afirmando que los rusos que combatieron allí eran voluntarios. La decisión del lunes formalizaba la influencia de Rusia sobre las regiones y le daba vía libre a desplegar sus fuerzas allí.
Rusia preparaba el terreno para asegurar su influencia sobre las regiones con nuevas iniciativas legislativas que le permitirían desplegar tropas allí. Las propuestas de ley, que se esperaba fueran aprobadas con rapidez el martes en las dos cámaras del parlamento ruso, plantean lazos militares y la posibilidad de establecer bases militares rusas en las regiones separatistas.
El presidente de Ucrania, Volodymyr Zeleneskyy, intentó llamar a la calma en un discurso televisado el lunes por la noche. “No tenemos miedo a nada ni a nadie. No debemos nada a nadie. Y no regalaremos nada a nadie”, afirmó.
Su ministro de Exteriores, Dmytro Kuleba, tenía previsto reunirse el martes en Washington con el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, según el Departamento de Estado.
“El Kremlin reconoció su propia agresión contra Ucrania”, dijo en Twitter el ministro ucraniano de Defensa, Olekssi Reznikov, que describió las acciones rusas como “un nuevo Muro de Berlín” e instó a Occidente a sancionar a Rusia con rapidez.
La Casa Blanca respondió con rapidez a Rusia y emitió un decreto para prohibir la inversión y el comercio estadounidense en las regiones separatistas, así como medidas adicionales -probablemente sanciones- que se anunciarían el martes. Esas sanciones eran independientes de las que ha preparado Washington en caso de una invasión rusa, según un funcionario de alto rano que informó a la prensa bajo condición de anonimato.
Alemania anunció medidas para frenar el proceso de certificación de gasoducto Nord Stream 2 desde Rusia, dijo el canciller, Olaf Scholz.
El ducto que lleva gas natural de Rusia a Alemania ha sido criticado durante mucho tiempo por Estados Unidos y algunos países europeos que alegan que incrementa la dependencia del continente del suministro energético ruso.
El primer ministro británico, Boris Johnson, dijo el martes que Gran Bretaña también introduciría sanciones económicas “inmediatas” contra Rusia y advirtió que Putin está decidido a una “invasión plena de Ucrania (…) que sería absolutamente catastrófica”.
Johnson dijo que Putin ha “arramplado con el derecho internacional” y que las sanciones británicas no se limitarían a las regiones de Donetsk y Luhansk, sino que golpearían “intereses económicos rusos tan duro como podamos”.
El jefe de política exterior de la UE, Josep Borrell, dijo que “las tropas rusas han entrado en el Donbás” y añadió que “yo no diría que es una invasión en toda regla, pero las tropas rusas están en suelo ucraniano” y que la UE tomaría una decisión sobre sanciones a lo largo del día.
Aunque Ucrania y Occidente dijeron que el reconocimiento ruso de las regiones rebeldes rompía el acuerdo de paz de 2015, el embajador ruso ante Naciones Unidas, Vassily Nebenzia, lo puso en duda y señaló que Moscú no era una parte del acuerdo de Minsk y que el plan aún podría aplicarse si Ucrania decidía hacerlo.
El acuerdo de 2015 mediado por Francia y Alemania y firmado en Minsk, la capital de Bielorrusia, requería que Ucrania ofreciera un amplio autogobierno a las regiones rebeldes, en una victoria diplomática para Rusia tras varias derrotas militares de Ucrania. Muchos ucranianos vieron el acuerdo como una traición al interés nacional y un golpe a a integridad del país, y su aplicación está paralizada.
Fuente: AP