Los vuelos de evacuación para occidentales se reanudaron, pero miles de afganos en riesgo que han ayudado a Estados Unidos continúan varados en su país. La embajada estadounidense está cerrada, todos los diplomáticos y tropas ya dejaron el país y el Talibán está nuevamente en el poder.
Mientras que tanto Estados Unidos como el Talibán insisten en que se requieren documentos de viaje que ya no se pueden obtener en Afganistán, el calvario de estos afganos es una prueba a las promesas del presidente Joe Biden de que no dejará atrás a ningún aliado estadounidense.
Un vuelo de evacuación que salió de Kabul el jueves, organizado por Qatar y el primero de su tipo desde que concluyeron las evacuaciones encabezadas por Estados Unidos el 30 de agosto, se enfocó en personas con pasaporte estadounidense o tarjeta de residencia y en otros extranjeros.
Para los legisladores de Estados Unidos, grupos de veteranos y otros estadounidenses que han buscado la manera de sacar del país a ex interpretes para el ejército de Estados Unidos y otros afganos en situación de riesgo, el reinicio de los vuelos de evacuación no hizo mucho para disipar sus temores de que el gobierno de Biden podría abandonar a innumerables aliados afganos.
Una preocupación en particular son aquellos cuyas visas especiales de inmigrante — para aquellos afganos que ayudaron a Estados Unidos durante los 20 años de guerra — estaban siendo procesadas al momento en que el Talibán tomó Kabul con un vertiginoso avance el 15 de agosto. Estados Unidos abandonó su embajada ese mismo fin de semana.
“A fines prácticos, las posibilidades que tenían estas personas de escapar del Talibán llegaron a su fin el día en que los abandonamos”, dijo el veterano de la guerra en Afganistán Matt Zeller, fundador de No One Left Behind, uno de varios grupos estadounidenses que busca sacar del país a traductores afganos y otras personas que colaboraron con Estados Unidos.
Se calcula que 200 extranjeros, incluidos estadounidenses, salieron de Afganistán en el vuelo comercial que despegó el jueves de Kabul con la cooperación del Talibán. Diez ciudadanos estadounidenses y 11 poseedores de permisos de residencia abordaron el vuelo del jueves, dijo el portavoz del Departamento de Estado, Ned Price. Los estadounidenses que organizan los vuelos chárter de evacuación aseguran que tienen conocimiento que hay más personas con pasaporte y tarjetas de residencia que esperan poder tomar un vuelo en la ciudad de Mazar-e-Sharif y en otros puntos de Afganistán.
En Estados Unidos, la portavoz del Consejo de Seguridad Nacional, Emily Horne, dijo que el vuelo del jueves fue el resultado de una “cuidadosa participación diplomática” y aseguró que el Talibán “ha mostrado flexibilidad y han sido profesionales en nuestros acuerdos con ellos en esta labor”.
Pero muchos dudan que el Talibán sea tan complaciente con los afganos que colaboraron con Estados Unidos. En Mazar-e-Sharif, un estancamiento de más de una semana en torno a los aviones chárter en ese aeropuerto ha dejado a cientos de personas — en su mayoría afganos, pero también aquellos con pasaportes estadounidenses y tarjetas de residencia — varados, esperando a recibir el permiso del Talibán para salir.
Afganos y sus simpatizantes estadounidenses aseguran que el Talibán impide que todos los pasajeros aborden los vuelos chárter desde Mazar-e-Sahrif, incluyendo aquellos que cuentan con la documentación de viaje debida.
Zeller destacó el nombramiento de un funcionario de línea dura del Talibán esta semana. Sirajuddin Haqqani, quien está en la lista de los hombres más buscados por el FBI y por el cual se ofrece una recompensa de cinco millones por supuestos ataques y secuestros, fue designado ministro del Interior, un puesto en el que estaría a cargo de otorgar pasaportes.
El gobierno del entonces presidente Donald Trump prácticamente puso fin a la aprobación de las visas especiales de inmigrantes afganos en los últimos meses de gobierno. La presidencia de Biden también ha sido criticada por no actuar más rápido para evacuar a los afganos antes de que el Talibán tomara Kabul.
Estados Unidos también ha requerido que algunos solicitantes de visa salgan del país para presentar su solicitud, lo que podría ser mucho más peligroso ahora que el Talibán está de regreso en el poder.
“Son grandes obstáculos logísticos”, dijo Betsy Fisher, del Proyecto Internacional de Asistencia de Refugiados, el cual brinda servicios legales a solicitantes de visas especiales de inmigración. “¿Cómo saldrán estas personas de Afganistán?”
Dijo que sin un plan claro, el gobierno estadounidense podría terminar alentando a las personas a realizar viajes riesgosos.
En julio, después de que Biden dio la bienvenida al primer vuelo de evacuación, dejó en claro que Estados Unidos ayudaría a salir de Afganistán incluso a aquellos afganos con solicitudes de visa pendientes “para que puedan esperar a salvo en lo que concluyen con su solicitud de visa”.
Sin embargo, desde que concluyeron las evacuaciones aéreas el pasado 30 de agosto, el gobierno de Biden y el Talibán han enfatizado que los afganos necesitan de pasaporte y visa. El portavoz del Departamento de Estado Ned Price dijo el jueves que el gobierno analiza alternativas como las visas electrónicas.
Cientos de afganos que aseguran que están en peligro por las represalias del Talibán se han reunido durante más de una semana en Mazar-e-Sharif, a la espera de recibir permiso para abordar los vuelos de evacuación.
Uno de ellos es un afgano que trabajó durante 15 años como intérprete para las fuerzas armadas de Estados Unidos. H pasado de un hotel a otro en Mazar-e-Sharif y se le acaba el dinero, mientras que él, su esposa y sus ocho hijos esperan del permiso del Talibán para salir.
“Tengo miedo de que nos dejen atrás”, dijo el hombre, al que The Associated Press no identificó por motivos de seguridad. “No sé cual sea el problema. ¿Es un asunto político o no les importamos?”
Fuente: AP