Bangladesh sufrió hoy el segundo ataque yihadista en menos de una semana, cuando un grupo de insurgentes se enfrentó a la Policía cerca de una zona de rezo en la que se celebraba el fin del mes sagrado musulmán de Ramadán, lo que causó la muerte de al menos dos policías, una mujer y un atacante.
La acción insurgente comenzó a primera hora de la mañana cerca de un lugar de oración en una explanada donde se congregaban unos 300.000 fieles en Kishoreganj, en el centro de Bangladesh, y aunque a media tarde había concluido el tiroteo con la captura de cuatro «terroristas», la operación de búsqueda de más atacantes continúa.
«Estamos rastreando toda la zona», afirmó a Efe el superintendente adjunto de la Policía de Kishoreganj.
El ataque comenzó con el lanzamiento de una bomba de fabricación casera contra un grupo de policías, a lo que siguió un tiroteo entre los atacantes y las fuerzas de seguridad, explicó a Efe un portavoz de la Policía desde el centro de control regional.
De acuerdo con el portavoz, seis policías «gravemente heridos», algunos de ellos por armas blancas, fueron trasladados en helicóptero a un hospital de Dacca, la capital del país.
Un total de 9 rehenes italianos, 7 japoneses, 2 bangladesíes, un estadounidense y una india fallecieron durante la acción, en la que también perecieron 2 policías y 6 supuestos atacantes.
Los atacantes declararon su afiliación al grupo yihadista autoproclamado Estado Islámico (ISIS), un extremo negado por las autoridades bangladesíes, que culparon a grupos terroristas locales.
El portal estadounidense Site Intelligence publicó ayer un vídeo en el que tres supuestos combatientes bangladesíes del EI amenazaban desde Siria con más ataques en Bangladesh.
El ataque de esta jornada, sin embargo, aún no ha sido reivindicado y contrasta enormemente con el del pasado fin de semana, ya que en la acción contra el restaurante el objetivo eran únicamente «infieles extranjeros» y el de hoy se produjo durante una congregación musulmana.
La primera ministra de Bangladesh, Sheikh Hasina, se refirió hoy al ataque de la semana pasada en Dacca en un discurso con motivo del Eid al-Fitr, en el que se preguntó qué clase de creyentes musulmanes son aquellos que matan a gente durante un mes de oración.