El presidente Donald Trump ha ordenado bloquear la inscripción de estudiantes internacionales en la Universidad de Harvard, una medida que, según la propia institución, es ilegal y afecta directamente a unos 6.800 alumnos extranjeros, lo que representa cerca del 27% de su matrícula total.
Para analizar el alcance de esta decisión y si podría replicarse en otras universidades del país, De Buena Fuente con Marian de la Fuente conversó con el abogado de inmigración Manuel Vallina, quien advirtió que esta política ya ha comenzado a aplicarse en instituciones como Cornell, Princeton y Columbia.
“Esto no es un hecho aislado”, aseguró Vallina. “La administración Trump está utilizando tres frentes para ejercer presión sobre las universidades: el financiamiento federal, la entrada de estudiantes internacionales y la injerencia en decisiones internas como la contratación de profesores”.
El abogado también explicó el trasfondo migratorio de esta situación. Señaló que para que un estudiante internacional pueda ingresar legalmente a Estados Unidos debe estar inscrito en una institución reconocida por el sistema SEVIS (Sistema de Información de Estudiantes y Visitantes de Intercambio), recibir un formulario I-20 y presentar su solicitud en un consulado. “Este proceso no constituye un derecho automático. Es el gobierno federal quien decide si puedes entrar o no, en función de criterios establecidos”.
Vallina subrayó que esta ofensiva ocurre en medio de disturbios registrados en distintos campus universitarios tras el inicio del conflicto entre Israel y Hamás. “Las universidades deben ser espacios para el libre pensamiento, pero también están obligadas a respetar las normas del país. Lo que no se puede permitir es el acoso a estudiantes judíos, ni actos que interfieran con los derechos civiles en nombre de la defensa de un ideal”.