Maikelys Espinoza, una niña venezolana de dos años que fue separada de sus padres durante su proceso de deportación desde Estados Unidos, arribó a Venezuela este miércoles 14 de mayo y se reunió con su madre. El régimen de Nicolás Maduro, que había calificado repetidamente la separación como un «secuestro», escenificó la llegada y el reencuentro con la participación de altos funcionarios, incluyendo al dictador Nicolás Maduro.
La pequeña Maikelys llegó al aeropuerto internacional Simón Bolívar, en las afueras de Caracas, en un vuelo junto a más de 220 migrantes venezolanos deportados desde EEUU. Allí fue recibida por Cilia Flores, esposa del dictador Nicolás Maduro, y por el ministro de Interior del régimen, Diosdado Cabello, quien declaró: «Hoy tenemos una gran victoria, el regreso de Maikelys a la patria».
Posteriormente, la niña fue trasladada al palacio presidencial, donde el dictador Nicolás Maduro la entregó a su madre, Yorely Bernal, en un emotivo acto transmitido por la televisión estatal. «Aquí está la niña amada de todos. Ella es hija y nieta de todos nosotros», afirmó el dictador Nicolás Maduro.
La separación familiar había sido justificada por el gobierno de Estados Unidos debido a presuntos vínculos de los padres de Maikelys con la banda criminal venezolana Tren de Aragua, designada como organización terrorista por la administración del presidente Donald Trump a principios de este año. La madre de la niña fue deportada a Venezuela el 25 de abril, mientras que su padre fue enviado en marzo a una prisión de máxima seguridad en El Salvador, bajo una ley invocada por la administración Trump para la deportación de inmigrantes. Las autoridades estadounidenses habían indicado que la niña se encontraba bajo custodia de la Oficina de Reubicación de Refugiados y con una familia de acogida.
Durante el acto en el palacio presidencial, el dictador Nicolás Maduro agradeció al presidente Trump y a su enviado especial, Richard Grenell, por lo que calificó como un «acto de justicia, humano, profundamente humano» que permitió la reunificación. «Han existido y existirán diferencias, pero es posible, con la bendición de Dios, avanzar y resolver muchos temas», añadió el dictador venezolano, expresando su esperanza de «rescatar muy pronto al padre de Maikelys y a los 253 venezolanos que están en El Salvador”.
Por años, el régimen de Nicolás Maduro se había negado mayoritariamente a aceptar vuelos de deportación desde Estados Unidos. Sin embargo, desde que el presidente Trump asumió el cargo este año, cientos de migrantes venezolanos han sido repatriados, incluyendo un grupo que permaneció en la base naval estadounidense de Guantánamo, Cuba. La administración Trump ha afirmado que muchos de estos deportados son miembros del Tren de Aragua, aunque ha ofrecido pocas pruebas para sustentar dichas acusaciones.
Con información de Associated Press