“Mi línea de pensamiento viene desde abajo, desde la propia ciudadanía que en el caso de Cuba tiene muchos problemas cotidianos que sortear, salvar, resolver y no quiero que la gente me vea como algo encumbrado por encima de la realidad, sino tropezando cada días con los mismos problemas que tienen ellos”, dice la bloguera.
“Los cubanos que no pueden votar en una urna, elegir el sistema que los gobierna o el presidente que tienen, siguen votando a través de balsas en el mar, filas en los consulados para lograr un visado para irse, desertar en misiones oficiales. Esa es la manera en que se está mostrando la inconformidad, el hastío, el no aguanto más de la población cubana”.
