“Hay tres procesos de cambio que van a ir caminando en Cuba en los próximos años. Yo creo que la diáspora no puede sencillamente quedarse con los brazos cruzados en espera de que todo llegue al final de su camino, sino sencillamente tiene que tomar la decisión de en cuál de estos trenes yo me monto, que es el final del camino que queremos para Cuba, la visión que queremos para Cuba, de un país democrático, libre y con una economía de mercado”.
“Quedarse con los brazos cruzados no nos conlleva a nada, es la idea del tipo que espera, lo que yo llamo el paracaidista, que quiere que cuando Cuba sea una perfecta democracia, entonces lo tiren como un paracaidista ahí adentro, pero si uno no es parte de los procesos no puede ser parte de la solución”.
“Ellos no van a querer entregar el poder, ni van a querer desarmar la revolución, lo dijo el presidente Raúl Castro el otro día. Pero los cambios son necesarios, los cambios se imponen. Toda la vida los cambios han tenido una dinámica propia, son como bolas de nieve que van bajando por el lado de una montaña y cada vez se hacen más grandes y cada vez se hacen más rápidos”.
“Eses proceso una vez que se desata no pueden detenerlo. La razón por que estos cambios tienen que ocurrir es porque el sistema es un fracaso y ellos lo saben. Y al ser un fracaso no les queda más remedio que cambiar”.
“Lo que no podemos darnos es el lujo de esperar a que esto termine y que Cuba sea una democracia perfecta, entonces yo empezaré a participar. A participar en qué? En la solución?. Hay que participar en los procesos. Hay que participar junto con ese pueblo cubano que necesita de nuestra participación”.
