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«La sociedad está pidiendo a gritos una despenalización de la discrepancia, una aceptación de las diferencias en los colores políticos, en las tendencias ideológicas-expresa la bloguera-Yo creo que Mariela (Castro) su formación la inclinó a este tema de la sexualidad, pero, se ha volcado en él sin darse cuenta, o sin querer darse cuenta de que toda la sociedad cubana es un gran armario donde estamos encerrados los ciudadanos que no podemos salir y decir lo que pensamos por temor al castigo».
«Creo que su labor queda muy limitada al no poder luchar por una tolerancia mucho más amplia», dice Sánchez.