En un artículo de opinión publicado en el portal 14ymedio, la bloguera cubana Yoani Sánchez, consideró que el acto oficial de reapertura de la embajada de Estados Unidos en Cuba que se concretó con la izada de la bandera marca el inicio de una nueva etapa en la isla.
«Para mi generación, como para otros tantos cubanos, termina una etapa. No significa que a partir de mañana todo lo que hemos soñado se concrete, ni que la libertad irrumpa por obra y gracia de un trozo de tela que bate cerca del Malecón.
Ahora llega lo más difícil. Sin embargo, será ese tipo de camino cuesta arriba en que no se podrá echar la culpa de nuestros fracasos al vecino del norte. Empieza la etapa de asumir lo que somos y reconocer por qué sólo hemos llegado hasta aquí», expresó en el texto en el que también enfatizó que la propaganda oficial se quedará «sin asideros».
«Aquella ecuación, tantas veces repetida, de no permitir la disidencia interna ni la existencia de otros partidos porque el Tío Sam esperaba una muestra de fragilidad para lanzarse sobre la Isla cada vez es más insostenible».
La bloguera resaltó el significado simbólico de lo que ocurrió en La Habana el 14 de agosto: «Hoy, cuando una representación oficial cubana comparta junto al Secretario de Estado John Kerry la ceremonia de apertura de la embajada de Estados Unidos, quedará una foto de familia que ya no podrán desmentir ni minimizar.
Ahí veremos a esos que hasta hace poco nos convocaban a la trinchera y ahora se dan la mano con el contrincante y explican el cambio como una nueva era. Está bien que así sea, porque esos pragmáticos de la política ya no podrán volver a decirnos lo contrario. Los hemos pillado respetando y dándole entrada a la bandera de las barras y las estrellas».
También, instó a la oposición de su país a entender la magnitud del cambio que se avecina: «La oposición también debe comprender que vivimos nuevos tiempos. Momentos de llegar a la gente, hacerles ver que hay un país después de la dictadura y que pueden ser la voz de millones que sufren cada día las estrecheces económicas, la falta de libertades, el acoso policial y la ausencia de expectativas. El autoritarismo que se expresa en el caudillismo, el no querer hablar con el diferente o el desaire al otro por no pensar igual, sólo son otras formas de reproducir el castrismo».