Al menos 12 pacientes, ubicados en Florida, Texas y Arizona, contrajeron infeccionesbacterianas tras haber recibido células madre derivadas de sangre de cordones umbilicales, anunció la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA). Las personas se aplicaron inyecciones como parte de tratamientos contra el dolor de articulaciones y de columna, y debieron ser hospitalizadas, tres de ellas durante más de un mes.
Las células madre son células muy nuevas que se pueden desarrollar bajo la forma de distintos tipos de células especializadas, como células de la sangre, de los huesos o del cerebro. Por eso se las estudia para tratar enfermedades mediante el crecimiento de células nuevas en lugares del cuerpo donde pueden reemplazar células afectadas.
Actualmente están autorizadas para un puñado de casos vinculados a la recuperación del sistema inmunológico de una persona, en general luego de tratamientos como la quimioterapia o un transplante de médula ósea. Pero se las usa, y en abundancia, mucho más allá de esas situaciones.
En los Estados Unidos, cientos de clínicas privadas promueven tratamientos basados en células madre para numerosos males, sin que haya realmente prueba científica de que son seguras o efectivas. Las autoridades sanitarias llevan mucho tiempo advirtiendo sobre los riesgos de estos procedimientos, que no están aprobados específicamente como tales, aunque es legal utilizarlos ya que las células madre lo son.
El Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) informó sobre los 12 casos, que no se originaron en las clínicas donde los pacientes recibieron las células madre, ya que las bacterias, Escherichia coli y Proteus mirabilis, se hallaron en ampollas todavía cerradas. El distribuidor, Livelyon, las retiró del mercado.
La FDA confirmó que se rastreó el origen del problema hasta Genetech, la compañía que procesó las células madre. El organismo envió una advertencia a la firma por considerar que se alejó de los requisitos de fabricación de modo tal que podría haber conducido a la contaminación por bacterias.
La primera alarma sonó en septiembre en Texas, donde aparecieron tres casos de personas con infecciones graves. Días más tarde, en la Florida se informaron otros cuatro casos. Luego hubo otros tres en Texas y uno más en Arizona. Por fortuna, todos los pacientes respondieron a los tratamientos, si bien necesitaron semanas hospitalizados, y salvaron sus vidas.
«Las cartas que hemos enviado hoy a los fabricantes, los prestadores de servicios de salud y las clínicas, en todo el país, son un recordatorio de que existe una línea clara entre el desarrollo apropiado de estos productos y las prácticas que esquivan importantes controles regulatorios que son necesarios para proteger a los pacientes», dijo el titular de la FDA, Scott Gottlieb.
Los científicos y los investigadores, a su vez, criticaron a la FDA por su tolerancia de las clínicas que ofrecen estos tratamientos. Por el momento, advirtieron, se aprovechan de la desesperación de los enfermos y prometen mejorías en toda clase de condiciones, desde dolor de espalda hasta el mal de Alzheimer pasando por el VIH, sin base científica.
Fuente: Infobae