Alterado y molesto, el presidente Donald Trump arremetió el miércoles contra los demócratas de la Cámara de Representantes, y aderezó con sobrenombres e insultos su cada vez más agresiva defensa contra el juicio político.
De manera discreta, pero decidida, los legisladores ampliaron su investigación y prometieron una gran cantidad de citaciones de documentos y testigos.
Los líderes demócratas pusieron a la Casa Blanca sobre aviso respecto a citaciones que se expedirán pronto para solicitar información de las acciones de Trump en torno a la polémica con Ucrania, las medidas más recientes en la pesquisa de juicio político que está poniendo a prueba los pesos y contrapesos del sistema constitucional. Aseguraron que recurrirán a los tribunales de ser necesario.
Fue una jornada de ataques verbales en medio de enfrentamientos legales.
Trump se quejó de que la presidenta de la Cámara de Representantes Nancy Pelosi reparte citaciones “como si fueran galletas”, arremetió contra el denunciante gubernamental al que llamó “despiadado”, y criticó a los medios de comunicación, describiéndolos como corruptos y el “enemigo”. Todo aunado a una serie de tuits presidenciales que culminaron con una acusación de que los demócratas en el Congreso perdían su tiempo y dinero en “mentiras”, utilizando un término soez.
A Pelosi y los demócratas no les quedó más opción que acoger la más “solemne” de las responsabilidades constitucionales para poner bajo escrutinio al poder ejecutivo después de que se difundiera recientemente una denuncia de un informante de seguridad nacional.
El gobierno y el Congreso se dirigen a una confrontación que no se había visto en una generación después de que el denunciante expuso una llamada telefónica de julio pasado entre el presidente y su homólogo ucraniano Volodymyr Zelenskiy en la que Trump presionó para que se investigara a su rival demócrata, Joe Biden, y a su familia.
“Es un momento muy triste” para el pueblo estadounidense y el país, dijo Pelosi. “No hay nada de felicidad en llevar a un presidente a juicio político”.
Al lado de Pelosi, el presidente de la Comisión de Inteligencia de la cámara baja, Adam Schiff, acusó a Trump de “incitar a la violencia” con sus ataques al denunciante, a quien se le han otorgado el anonimato y otras protecciones en apego a las leyes federales. Dijo que la investigación procede “en forma cuidadosa” pero también con un sentido de “urgencia”.
A diferencia de Trump, Schiff nunca levantó la voz pero dijo con firmeza: “No nos andamos con rodeos”.
Durante una entrevista que se transmitirá el jueves en “Good Morning America”, Pelosi dijo que Trump está “asustado” por la investigación de juicio político y que se puede sustentar un proceso en su contra.
Los demócratas ahora hablan de fundamentar el cargo de obstrucción por la lentitud con la que la Casa Blanca ha respondido a las citaciones de documentos y testimonios, similares a las demoras en otras investigaciones del Congreso sobre el reporte del fiscal especial Robert Mueller y los acuerdos empresariales de Trump.
Antes de las nuevas citaciones, los presidentes de tres comisiones de la cámara baja acusaron al gobierno de un “inobservancia flagrante” de las solicitudes previas de documentos y testigos, y dijeron que ese rechazo también podría considerarse como una ofensa punible con juicio político.
El enfrentamiento alcanzó esta semana un tono desafiante cuando el secretario de Estado Mike Pompeo dijo que no permitirá que los demócratas “intimiden” a sus empleados para que comparezcan ante las comisiones del Congreso, aun cuando reconoció que también él estuvo entre el grupo de funcionarios que escucharon la conversación telefónica entre Trump y el líder ucraniano.
En sus apariciones en la Oficina Oval y en una conferencia de prensa junto al presidente de Finlandia, Trump desplegó una inusual furia mientras defendía lo que llamó una conversación telefónica “perfecta” con Zelenskiy y criticó la pesquisa de juicio político.
En cierto punto, exigió que un reportero que lo presionaba sobre sus tratos con Ucrania cambiara de tema, y etiquetó de “corrupto” al periodista. Horas antes dijo que aunque fue él quien popularizó el término “noticias falsas”, ahora prefiere llamarles noticias “corruptas”.
“Esto es una farsa”, declaró el mandatario.
Más tarde se describió, como lo ha hecho antes, como “un genio muy estable” que siempre cuida lo que dice en sus conversaciones.
En los últimos días Trump ha tuiteado que quiere “saber sobre” el denunciante e interrogarlo, aunque la Ley de Protección a Informantes protege la identidad de esta persona.
El portavoz de Schiff reconoció que el denunciante se presentó a la comisión de inteligencia antes de presentar la denuncia formal, pero dijo que el personal le recomendó que se pusiera en contacto con un inspector general y buscara asesoría y que, en ningún momento, el panel revisó o recibió la querella con antelación.
Trump insinuó, sin presentar evidencia, que Schiff “probablemente ayudó a redactar” la denuncia del informante. Los abogados del denunciante dijeron que su cliente nunca se ha reunido o hablado del tema con Schiff.
El nuevo citatorio que emitirá el viernes el presidente de la Comisión para la Supervisión y Reforma del Gobierno de la Cámara de Representantes, Elijah Cummings, estará dirigido al jefe interino de despacho de la Casa Blanca Mick Mulvaney y solicitará 13 legajos de documentos referentes a la conversación del 25 de julio y temas relacionados. La llamada tuvo de trasfondo un paquete de ayuda por 250 millones de dólares a Ucrania que el Congreso había aprobado, pero que Trump congeló.
El denunciante aseguró en agosto que la Casa Blanca intentó “bloquear” la conversación telefónica de Trump con el nuevo mandatario ucraniano debido a que le preocupaba que se filtrara su contenido al público. A la larga, el director interino de inteligencia nacional hizo pública la querella.
Fuente: AP