El equipo de transición de Donald Trump sabía de la decisión de la Administración de Barack Obama de eliminar la política especial de admisión de los inmigrantes cubanos conocida como “pies secos/pies mojados” y no manifestó oposición, según declaró un asesor del presidente Obama.
Ben Rhodes, quien desempeñó un rol central en el giro de la política exterior hacia Cuba, dijo durante una conferencia el martes en Washington, que la Administración entrante había sido “notificada con antelación” sobre el cambio de política migratoria hacia los cubanos, anunciada el 12 de enero, y “ellos no expresaron oposición a ese cambio”.
Hasta ahora, Trump y su equipo no han realizado declaraciones públicas sobre el tema. Aunque muchos cubanos que se encuentran varados en terceros países ven al presidente entrante como su única opción, la posibilidad de que la nueva Administración revierta la medida de Obama parece poco probable, debido a la falta de apoyo político, incluso de parte de congresistas cubanoamericanos.
El asesor de Obama dijo que no podía decir con seguridad cuál sería la postura del presidente electo sobre Cuba.
Asimismo, el asesor añadió que la Administración estudió la posibilidad de realizar una excepción en la nueva política para beneficiar a aquellos que se encontraban en tránsito, pero que encontró “imposible distinguir precisamente entre los que se encontraban ya en América Central y los cubanos que habían estado fuera del país en otros lugares”. La Administración temía que de hacer esa excepción para una población que “no podíamos identificar, tuviéramos una crisis migratoria”.
Rhodes aseguró que el gobierno de Estados Unidos tenía la intención de trabajar con los países centroamericanos y el gobierno cubano para “tratar de determinar si podemos proveer alguna ayuda humanitaria”. El gobierno de la isla no ha hecho ninguna declaración sobre los cubanos que han quedado varados en terceros países tras el cambio de la política la semana pasada.
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C. M. Guerrero el Nuevo Herald
En su última conferencia de prensa el miércoles, el presidente Barack Obama defendió la eliminación del decreto de “pies secos-pies mojados” como una medida consistente con el cambio “monumental” en la política hacia Cuba.
“Dado ese cambio en la relación, la política que teníamos—que trataba a los emigrados cubanos completamente diferente de la gente de El Salvador, Guatemala o Nicaragua o cualquier otra parte del mundo, que hacía una distinción sobre si llegabas por tierra o a pie— era un remanente de una vieja manera de pensar que no tenía sentido en este momento y esta época, particularmente cuando estamos abriendo los viajes entre los dos países”, explicó.
Después de ser criticado por su diplomática declaración a propósito de la muerte de Fidel Castro, Obama no midió las palabras y se refirió a “los fuertes desacuerdos que tenemos con ellos [en referencia al gobierno cubano] sobre la represión política y el tratamiento a los disidentes, y la libertad de prensa y religión”.
Al mismo tiempo, Obama defendió la estrategia de acercamiento a Cuba como el mejor modo de promover “el progreso para el pueblo cubano”.
Esta semana, el Cuba Study Group, junto a otras 17 organizaciones y expertos que trabajaron con la Administración de Obama para impulsar su política, enviaron una carta al presidente electo para pedirle que evitara realizar grandes cambios en la relación a Cuba, antes de realizar una completa evaluación.
Con su espalda al puente que conecta a Nuevo Laredo, México, a los Estados Unidos, Idiana Laurencio hizó un pedido emocional, diciendo que teme regresar a Cuba después de ser negada la entrada a los EE.UU. «Me pondrán en algún lugar, me encerraron y me golpearon ,» ella dijo.
El presidente del Cuba Study Group, Carlos Saladrigas dijo al Nuevo Herald que la carta, con un resumen de los resultados de la política de acercamiento y de los peligros por su eliminación, fue enviada al equipo de Trump a través de canales privados y luego fue hecha pública.
“El presidente Trump no debe apresurarse para derogar una política, si no existe otra con qué reemplazarla”, comentó Saladrigas. “La nueva política ha producido algunos resultados importantes y en un momento de tantos cambios dentro de Cuba, con la muerte de Fidel Castro y la próxima jubilación de Raúl Castro de la presidencia, no es el momento de cortar la relación”, opinó.
Este mismo miércoles, ambos gobiernos acordaron los límites de la frontera marítima entre ambos países en el llamado polígono oriental del Golfo de México. En la última semana de Barack Obama en la Casa Blanca, también se anunciaron acuerdos con Cuba para fortalecer la cooperación contra el narcotráfico y el terrorismo, así como el rescate de personas, en un empuje final para intentar impedir el desmantelamiento de la nueva política por la Administración entrante.
Fuente: elNuevoHerald.com