El gobierno Donald Trump está aliviando las restricciones de viajes para residentes permanentes legales que inicialmente resultaron afectadas por el decreto del presidente que prohibía la entrada a Estados Unidos de residentes de siete países de mayoría musulmana.
Luego de una semana de asegurar que no cambiaría el decreto, el gobierno Trump está retrocediendo en cómo el decreto afecta a los portadores de la llamada Green Card. Los siete países afectados son Irán, Iraq, Siria, Somalia, Libia, Sudán y Yemen.
Las aerolíneas fueron informadas sobre algunos de los cambios que entraron en efecto el miércoles.
Los detalles sobre el alivio de las restricciones fueron descritas por una persona con conocimiento de los cambios y confirmados por un alto funcionario del gobierno estadounidense.
A los residentes permanentes legales de Estados Unidos de esos siete países se les permitirá otra vez participar en el Programa Global de Ingreso, que permite el ingreso rápido en las fronteras para los viajeros considerados de bajo riesgo.
El decreto había cancelado la participación en el programa a los residentes legales de esos siete países de mayoría musulmana.
El gobierno también está cerca a alcanzar un acuerdo con Canadá para permitir a los canadienses que residan permanentemente en Estados Unidos entrar al país.
El portavoz de la Casa Blanca Sean Spicer describió este miércoles otro cambio que podría finalizar las llamadas pruebas secundarias para residentes permanentes de los siete países afectados.
Los efectos de la orden ejecutiva sobre los titulares de Tarjetas de Residencia están entre los más controversiales aspectos entre los críticos de ambos partidos.
Los residentes permanentes ya se enfrentan a una extensa revisión de antecedentes para calificar a las tarjetas de residencia, y disfrutan de derechos legales que la orden ejecutiva restringió sumariamente sin un proceso legal. Esas restricciones fueron materia de múltiples desafíos legales contra el decreto.
Un alto funcionario del gobierno dijo que el trato con Canadá aún está siendo discutido.
Este requeriría que los residentes canadienses legales permanentes que tengan pasaportes de los siete países afectados tengan una visa estadounidense y que viajen desde los puertos de entrada canadienses donde la Agencia de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos opera los puntos de control de preautorización.
Fuente: Cnnenespanol.com