El cese el fuego entre Israel e Irán, mediado por Estados Unidos y Qatar y que entró en vigor la madrugada de este martes, se ha quebrado a pocas horas de su inicio. Israel acusa a Irán de haber violado la tregua con una nueva andanada de misiles y ha prometido una fuerte represalia, mientras que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha advertido públicamente a Israel de no responder con más ataques.
La tregua, que había generado cautelosas esperanzas para poner fin a 12 días de guerra sin precedentes, se vio comprometida cuando, según el ejército israelí, Irán lanzó misiles que impactaron en la ciudad de Beersheba, en el sur de Israel, causando la muerte de al menos cuatro personas y dejando a otras 20 heridas. Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) y el ministro de Defensa, Israel Katz, ordenaron «ataques intensos contra objetivos del régimen en el corazón de Teherán», prometiendo «responder con fuerza» a la «grave violación» del cese el fuego.
Sin embargo, el ejército de Irán ha negado las acusaciones de haber disparado misiles después de que el cese el fuego entrara en vigor, según reportaron medios estatales iraníes, lo que añade incertidumbre a la volátil situación.
La intervención de Trump
Ante la escalada, el presidente Donald Trump ha intervenido públicamente, expresando su descontento con ambas naciones por no respetar la tregua. En una contundente publicación en su plataforma Truth Social, Trump advirtió directamente a Israel: «ISRAEL. NO LANZAN ESAS BOMBAS. SI LO HACEN ES UNA VIOLACIÓN GRAVE. ¡LLEVEN A SUS PILOTOS A CASA, AHORA!».
Horas antes, Trump había declarado que el cese el fuego «ESTÁ EN VIGOR. ¡POR FAVOR, NO LO VIOLEN!». Sin embargo, al salir de la Casa Blanca rumbo a la cumbre de la OTAN en los Países Bajos, el mandatario reconoció a los periodistas que los ataques habían continuado. «Voy a ver si puedo detenerlo», aseguró, refiriéndose a la reanudación de las hostilidades.
La situación es seguida de cerca por líderes internacionales. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, y el presidente francés, Emmanuel Macron, entre otros, habían celebrado la tregua inicial, instando a una diplomacia seria para restaurar la estabilidad en la región, la cual, como se observa, sigue siendo «volátil e inestable».