La Casa Blanca, bajo la dirección del presidente Donald Trump, ha rechazado una propuesta del dictador venezolano Nicolás Maduro de dimitir tras un periodo de dos años, en el marco de negociaciones extraoficiales que buscan una solución a la crisis venezolana.
Según una investigación publicada por The New York Times, integrantes del régimen de Maduro ofrecieron a la Administración Trump un proceso de transición de dos a tres años para garantizar una renuncia ordenada. Sin embargo, la Casa Blanca considera inaceptable que la salida de Maduro del poder se postergue.
Estrategia de Doble Vía: CIA y Petróleo
La publicación, que cita a funcionarios anónimos, revela que la estrategia de Trump opera en dos vías simultáneas:
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Acción Encubierta: Trump dio «su visto bueno» a planes de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) para operaciones que podrían tener como objetivo preparar un «campo de batalla para acciones futuras». Aunque no se han autorizado fuerzas de combate en tierra, la próxima fase podría incluir sabotaje u operaciones cibernéticas.
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Negociación Petrólea: En las conversaciones informales, el dictador Maduro habría señalado disposición a ofrecer acceso a la riqueza petrolera de Venezuela a las compañías energéticas de Estados Unidos.
El presidente Trump confirmó la apertura del diálogo el domingo al afirmar: “Puede que estemos teniendo algunas conversaciones con Maduro, y veremos cómo resulta eso”.
Máxima Presión Militar
En paralelo a las negociaciones, Washington ha intensificado su presión militar. La movilización de la flota naval estadounidense en el Caribe, denominada “Operation Southern Spear”, es la más grande desde la Crisis de los Misiles de Cuba en 1962. El portaaviones USS Gerald R. Ford y su grupo de ataque llegaron a la región con cerca de 15,000 tropas.
Además, EE. UU. ha llevado a cabo al menos 21 ataques contra embarcaciones sospechosas de narcotráfico, destruyendo 22 lanchas y dejando un saldo estimado de 83 personas muertas en el Caribe y el Pacífico, lo que ha generado críticas por la falta de autorización del Congreso.
Con información de EFE y el New York Times